Capítulo 3

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El despertador sonó como veinte campanas en mi cabeza. Llevaba dos meses despertándome tarde y ese era el primer día después de una fiesta que me despertaba a las siete. Me levanté y aún me dolían los pies. Me vestí y fui al baño corriendo. Me lavé la cara y fui a desayunar.
- ¡Por fin! Primer día de instituto. - dijo mi madre entusiasmada. - Mi hija ya está hecha una mujer y va a cursar el último curso.
- Sí mamá sí. - puse una mueca.
Volví a mi habitación a coger una mochila. Puse solamente un estuche y una libreta y bajé las escaleras para coger el bus.
- Adiós mamá. - cerré la puerta y salí de casa.
Cuando subí al autobús un chico de ojos verdes no dejaba de mirarme. No lo había visto antes. Tenía la cara rasgada, y un pelo negro como el carbón.
Bajamos los dos a la vez del bus. Iba también al instituto. Él se adelantó y yo me quedé en la puerta esperando a Dalía.
"Te falta mucho? Ya estoy. Te espero en la puerta."
Dalía respondió a mi mensaje unos segundos después.
"Te veoo. Ya estoy."
Nos dimos un abrazo y fuimos juntas hacia clase.
Dalía y yo íbamos a la misma clase, aunque a diferentes optativas. Cuando me tocaba la clase de latín a ella le tocaba biología. En la clase de latín éramos muy pocas personas, y para mi sorpresa... El chico del bus de ojos verdes estaba en mi clase.
- ¡Bienvenida! Soy Lana, tu profesora. - Una mujer pelirroja de unos cuarenta años me sonreía y me hacía gestos para que entrase a la clase. - Puedes sentarte ahí - señaló justo el sitio que no quería que me tocase. Al lado de aquél chico. -Bien, ahora vamos a conocernos un poco más ya que estoy viendo caras nuevas. De izquiera a derecha, ¿cómo os llamáis?
- Yo me llamo Amanda. Me encantan las letras, por eso estoy en esta clase jajaja.
- Yo soy Axel. Seguro que me conocéis, la gente habla demasiado de mi. - Axel era el mejor amigo de Sergio, los dos formaban el dúo de los patéticos. Eran populares en el instituto sólo por ser jugadores de fútbol.
- ¿Cómo te llamas tú? - La profesora me señaló.
- Me llamo Aure.
El chico de ojos verdes me estaba mirando, pero cuando me volví hacia él dejó de hacerlo.
- Yo soy Zed. Soy nuevo este año. He llegado de Kensas.
- Oh vaya, Zed. Un gusto tenerte este año. - dijo la profesora. - Pues yo soy Amanda, como algunos ya sabéis -me miró.

DISTRACCIONES | Sara FontestadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora