Capítulo 12

44 5 4
                                    

Me desperté a las cinco de la mañana y empecé a escribir en una libreta.
"No sabes cómo te ves desde mis ojos. No sabes cómo te veo todas las mañanas cuando coges el bus y me besas. No sabes cómo te vi el día que nos conocimos. Me dijiste que estabas nervioso, pero nunca te dije cómo estuve yo. En ese momento mi corazón murió por lo rápido que bombardeaba al verte. Te quiero. Y me daría igual decírselo a todo el mundo con un megáfono. Cuando te vi con esa chica sentí rabia, y ahora sólo siento que te pierdo cada vez más. Ojalá sintieras esto, ojalá te pusieras en mi piel."
No pude escribir más. La vista se me nubló por las lágrimas y estaba empezando a cabrearme por la situación. Me tumbé en la cama a escuchar música y esperé a que fueran las siete para ir a clase. Cuando fui al bus me encontre a Zed con una chica pelirroja de ojos verdes a su lado.  No pude contenerme y bajé del bus. Me fui corriendo llorando.
- ¡Aure! - escuché gritar a Zed pero pasé de él. Llegué tarde a clase pero la maestra me dejó pasar. En el patio Zed me persiguió.
- Aure, no lo hemos dejado.
- No, no lo hemos dejado. Pero te veo tan feliz con tu amiga.
- ¿Aure estás bien? - preguntó Cristian.
- ¿Estarías bien si la chica que te gusta quisiera dejarlo porque ha vuelto su ex? - pregunté mientras una lágrima caía de mis ojos.
- N-no. Ven conmigo.
Cristian me llevó a la cafetería y vino Dalía.
- Que le zurzan. Ya no estará en nuestro grupo. Voy a eliminarlo.
Dalía eliminó a Zed del grupo de mensajes e intentaron hacerme reír. La chica pelirroja se cruzó conmigo por el pasillo.
- Oye, Aure - dijo la exnovia de Zed - entre Zed y yo sólo hay amistad, ¿vale?
- Haya lo que haya, no es de mi incumbencia. Entre nosotros no hay nada.
Me di la vuelta y la dejé con la palabra en la boca. Un chico nuevo llegó a mi clase de dibujo.
Era rubio de ojos marrones y alto.
- Hola, soy John - me dio dos besos.
- Yo soy Aure, encantada.
- ¿Eres de aquí? - me preguntó.
- Sí.
- ¿Estás bien? - me preguntó.
- Te diré que sí para no tener que contarte mis problemas y aburrirte.
- Jajaja, lo que pasa es que a mi no me aburriría que me contases tus problemas, de hecho me encantaría ayudarte. Quiero estudiar psicología.
- Oh vaya.
- ¿Te gustaría quedar conmigo esta tarde? Iré al TommJocks, la cafetería de batidos.
- Sí sí. Soy de aquí, lo conozco. ¿a qué hora?
- A las cinco estaría bien.
- Pues ahí estaré.
Dalía me llevó en coche a casa para no volver a encontrarme la escena de Zed y Layla.
- Oye, Cristian y yo hemos estado muy juntos este tiempo y...
- Sois pareja. - asentí.
- Pues... Creo que sí. No es oficial porque no hemos hablado de ello pero estuve en su casa y nos besamos. Él lo está pasando mal.
- Él dijo que querría siempre a Isabella. Quizás sólo te bese porque no tiene a nadie más ahora.
- Oye Aure, que a ti te hayan dejado no significa que nadie más pueda tener amor y sentirlo.
Me quedé mirando a Dalía y salí del coche.
- Aure, no te enfades.
Pasé de ella.

- Hey, has venido. - Dijo John.
- Sí, hola.
- Espero que no te importe que haya invitado a un amigo, es Joel, mi mejor amigo.
- Hola - nos dimos dos besos - que va, así menos corte.
Nos pedimos unos batidos y estuvimos hablando, todo iba bien hasta que llegó Zed.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 11, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

DISTRACCIONES | Sara FontestadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora