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Qué raro. Había entrado una chica, debo admitir que me sorprendí. Nunca la había visto antes, supuse que sería de mi curso, debía de tener mi edad. Tenía el pelo largo oscuro, eso es todo lo que llegue a ver desde donde estaba. Ojalá supiera cómo se llama, es la primera vez que creo que podría tener una verdadera amiga.

Por dios, la chica que estaba sentada en los sillones no dejaba de mirarme de reojo, ¿pensará que soy rara? Quisiera ir a hablarle. Es bonita, tiene los ojos grises y el pelo castaño claro por los hombros. ¿Por qué los adolescentes son tan complicados? Me prometo que si la vuelvo a ver en la biblioteca le voy a hablar, parece una buena chica.

Sonó el timbre del recreo y las dos chicas fueron a sus respectivos cursos.

En la misma soledad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora