Especial: las bestias de la luna

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Los personajes extraídos de la serie y el cómic My Little Pony: Friendship is Magic propiedad de Hasbro.

Cualquier arte utilizada para acompañar el texto no es de mi propiedad, créditos a los autores.

La siguiente obra fue realizada sin fines comerciales.

NOTA: la siguiente historia puede no ser recomendable para menores de edad. Contenido fuerte sin intenciones de ofender a nadie en absoluto.

Abrió con lentitud sus ojos, tenía la cabeza agachada así que lo primero que vio fueron sus translucidos cascos, casi invisibles sobre la rocosa y fría superficie gris. Levantó la vista emocionada y maravillada, empezó a mirar a todas direcciones y saltar por ahí cual potrilla en la mañana de Corazones Cálidos con una gran sonrisa. En nada estaba dando un rápido vuelo en círculos por el estrellado cielo, claro que al ser una especie de proyección astral no había mucho que sentir-¡Esto es fantástico!-Gritó emocionada empezando a reír muy alegre. Se elevó a una gran altura y se dejó caer de espaldas extendiendo ambas largas y hermosas alas. Terminó flotando apenas despegada del suelo por unos centímetros, reposó su cabeza sobre sus piernas delanteras, y se quedó apreciando la magnificencia de las estrellas, como solía hacerlo hace ya mucho tiempo con su hermana y su difunta madre, ahora estaba más cerca de ellas que nunca antes.

Después de todos estos años de estudios y práctica tras práctica fallida, al fin había alcanzado su objetivo y cada segundo valía la pena ¡estaba sobre la maldita luna! Desde los inicios de sus estudios con el legendario unicornio, Starswirl el Barbado, se estuvo preparando para hacerse cargo de su labor entregado tras la defunción del mencionado, el cual no se limitaría únicamente a levantar y descender la luna, para lo cual además necesitaba un gran conocimiento y dominio preciso sobre el tiempo, también se trataba de proteger a sus ahora súbditos no sólo en un plano físico sino también desde el reino de los sueños durante su noche. Y ahora que podía proyectar un ente astral desde la comodidad de su habitación hacia su amado satélite, como si su alma escapara de su cuerpo para dar unas vueltas por ahí, tenía un rango mayor de sensibilidad sobre estos.

Claro que en estos instantes eso no era lo que ocupaba su atención, oh no, tenía todo un nuevo lugar por explorar y majestuosas vistas por ver, además ella y su hermana habían traído una gran paz al reino después de los eventos de aquel monstro de la discordia, que, tras de la tormenta, y en parte gracias a toda la ayuda que ofrecieron al herido reino, las pesadillas se desvanecían exponencialmente día a día. La armonía había llegado para quedarse, al menos eso era lo que anhelaba creer. Se sentó sobre su flanco y depositó su mirada sobre el enorme planeta a sus pies, la vista no podía ser más perfecta, Equestria no podía verse más tranquila y ella no podía sentirse más satisfecha. Algo saltó a su lado, era una criatura con forma de conejo aparentemente hecha de neblina muy clara, Luna la miró sorprendida-¡Hey, así que también hay vida por aquí, eh!-Le sonrió antes de devolver su atención a su brillante hogar. Desde hacía mucho tiempo, por fin podía sentir que todo iría de maravilla.

Pero no podía estar más equivocada.

A la distancia una extraña criatura hecha de una neblina más oscura, negra, como polvo de la chimenea, con una aparente conciencia más desarrollada, observaba al nuevo visitante en su hogar, sus ojos rojos cual manzanas bien maduras, no se despegaban de ella y una macabra sonrisa, que dejaba ver sus afilados dientes, se extendía por todo lo que parecía ser su amorfo rostro.

Un momento en la eternidad.

Especial: las bestias de la luna.

Era medio día y el sol se encontraba en su punto más alto, Luna había aprovechado toda la mañana para darse una vuelta por el reino y ofrecerles un casco a los laboriosos pero cansados ponies ocupados con la reparación de sus hogares después de la batalla con el rey del caos que tuvo lugar en esos lares apenas días atrás. No podía haber comparación entre esa batalla y la simple advertencia que tuvieron contra Tirek que, gracias a la ayuda de su hermano, ahora se encontraba detenido en el Tartaro. A pesar del miedo y sufrimiento por el que paso toda Equestria, al final, aun después de que su retorcida realidad desapareciera, una vez convertido en una estatua de piedra hasta las venas con ayuda de los Elementos de la Armonía, la tragedia permanecía, pues muchos de los habitantes habían perdido más que un simple techo, y la princesa de la noche lo podía ver en los potros que eran tomados del casco y llevados a un lugar nuevo por los guardias reales. Mentiría si dijera que no le provocaban lágrima alguna.

Un momento en la eternidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora