Capitulo 7 Lobos

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Las calles estaban desoladas, ni una sola alma por los alrededores solo se veía aquel cielo gris que impedía el paso de la luz cálida del sol y aquel frio extraño que rodeaba la ciudad que apareció de una día para otro donde no se conocía ninguna explicación alguna o al menos nadie lo ha hecho, mi padre me había pedido que no tardara en llegar a casa pero el auto no tenia cauchos para el hielo así que resbalaba de vez en cuando por el camino.

—¡Maldición! —dice aquel joven de unos veintisietes años, de piel morena clara, cabello largo de color negro con ciertos mechones cobre, llevaba una chaqueta negra una de sus favoritas unos jeans azules oscuros y una camisa ajustada de rallas, su nombre Terry Mazzirlee.

Terry aprieta mas el volante de su auto mientras frena de golpe ya se había cansado de aquel trayecto de camino a casa de sus padres y todo por culpa de aquel camino de hielo.

—Se acabo, llamare a mi padre—dice Terry sacando su celular y marco a su padre pero este no contesta la llamada sabe cuál es el carácter de Terry cuando anda molesto y estresado, nunca le responde.
—¿Diga?
—¿Cómo que diga? Soy tu hijo
—No vi la pantalla y respondí sin ver
—Ya veo…—Terry conocía a su padre y siempre que podía le hacia una de las suyas sabía que estaba llamando él y que lo hace para sacarlo más de sus casillas —no iré a la reunión esa, el camina esta complicado así que…
—Así que nada…—le interrumpe su padre con su vos gruesa y prepotente que siempre tiene cuando está molesto—ya solo faltas tú, el jefe de la manada te está esperando, necesita hablar con todos incluyéndote.
—Si si si—le dice Terry respirando profundamente sabía que si Alfa lo llamaba no podía decir que no—pero me transformare y llegare más rápido.
—Sabes que está terminantemente prohibida las transformaciones y mas con esos demonios andando por allí, la sangre de lobo es muy importante para ellos y solo los detectan cuando están en su forma animal así que ni se te ocurra, llega como te dije y que sea pronto…

Sin más su padre le corto la llamada Terry estaba furioso, odiaba estas restricciones no le gustaba para nada, él quería ser libre fuera de la manan un lobo solitario pero no puede eso sería su muerte y no quería eso no ahora que estaba profundamente enamorado, porque si a los lobos cuando le llega el amor es como un cachorro fiel no permite que nada le pase y protege con su vida a su ser especial la cuestión es que se enamoro de alguien prohibido para su raza, alguien que por más que lo intente ellos mismo, su raza, crearon esa prohibición por culpa de antiguas guerras se enamoro de una bruja.

Después de una hora de camino por culpa de aquel clima extraño logro llegar a la mansión de la manada, donde estaban ya casi todos reunidos únicamente faltaba él, Terry, el cual al llegar a la sala de reuniones allí estaba su padre con su rostro serio sentado en una de las sillas que se encontraba al lado de su alfa, Marcus, su hijo estaba a la izquierda, Terry busco su asiento asignado al lado de Cody el hijo del alfa y hasta la fecha su mejor amigo.
—Llegas tarde—le dice Marcus con una voz gruñona, sus ojos eran negro con cierto brillo amarillo de solo verlo daba temor su cara era ruda y siempre con su mirada déspota era algo musculoso a pesar de los años su cabello era largo de color negro azabache tenía una cicatriz en su rostro de alguna de las tantas peleas que había tenido, en cambio su hijo Cody era algo más pequeño que su padre que de por si era enorme, su cuerpo estaba bien trabajado por los entrenamientos de su padre ya que el era el futuro de la manada, su cabello muy a la moda de color negro con blanco perlado heredado de su madre, y sus ojos, aquellos ojos únicos de un color ceniza muy claro que transmitía que estaba en otro mundo siempre con una sonrisa, pero cuando era hora de estar serio allí cambiaba su rostro como en ese momento.
—Bueno por si no lo has notado el camino está algo difícil y como no tengo permiso de transformarme tu me dirás—le responde Terry con mucha ironía mientras se sentaba junto a Cody, su padre que ya era un hombre muy viejo le recrimina con la mirada mientras los demás miembros de la manada gruñían por lo bajo, sabia que era su líder pero no le tenía miedo, aun le respeta y desde siempre ha sido respondón con su líder y aun no sabe cómo ha logrado sobrevivir durante tanto sin que le haga nada.
—Terry, bájale a tu carácter—le dice su padre de forma cortante.
—Tranquilo Xequiel—le dice Marcus con una risa muy malévola que hace que cualquiera se le ericen los bellos del cuerpo—tu hijo, es como mi hijo, ese carácter lo ha llevado a tener un…lugar especial—los demás miembros en aquella mesa me empezaban a mirar con odio cuando Marcus dijo aquello, todos y cada uno de ellos deseaban sentarse cercar de su líder o al menos de su hijo pero nadie lo había conseguido más que él y su padre solo por eso ya son odiados por los demás, cosa de lobos ser rencoroso y siempre pelear por la mejor posición al lado del líder de su manada—pero olvidando la tardanza del joven Mazzirlee, tenemos que hablar de asuntos más importantes—todos quedaron en silencio solo se escuchaba la llamas de la chimenea crispa—sabemos que están sucediendo cosas mas allá de nuestro control, los demonios están apareciendo nuevamente en nuestro plano y eso es un verdadero peligro para nosotros.

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