Capitulo 12 Tumbas

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El silencio del lugar donde me encontraba no me gustaba para nada espero que todo salga como debía de salir, quien diría que usaría mis dotes para esto, este lugar era horrible una ciudad post-apocalíptica solo el huno a lo lejos y las cenizas cayendo daba a entender que no estaba en la realidad aquello era el infierno.
Caminaba por las calles desolada todo era una destrucción total la muerte y su lugar favorito para andar, a medida que caminaba sentía más cerca aquella aura negra, estaba cerca de lo que necesitaba encontrar el miedo estaba invadiéndome pero era la única solución que tenia para arreglar las cosas, al cruzar la calle y cruzar una esquina entre aquellos edificios abandonado donde ni el sol pasaba entre las nubes negras era una pesadez el estar allí ya estaba cerca de lo que quería encontrar, al final no muy lejos de allí esta una mansión de un gris tenebroso con aquellas ventanas grandes llenas de enredaderas de alguna planta oscura por sus pétalos rojo que daban un contraste al lugar los jardines de aquellas mansión tenia arbustos abandonados muertos pero con flores canecí muy llamativas y cerca de la puerta una fuente que no tenia agua, todo el lugar pareciera estar rodeado por un aura muy oscura pesada.
Al empujar la verja un chirriante sonido se escucho mas sin embargo no me importo tenía que llegar estaba cerca del sitio, la asombrosa puerta de madera color caoba esta cerca, un duende de piedra decoraba la parte superior de aquella puerta, con un leve toque un eco sonó en todo el lugar, aquella aura estaba creciendo, alguien se acercaba, él se acercaba, un frio empezó a invadir todo el lugar una risa en el fondo antes de abrir me dio a conocer que ya sabía que yo estaba allí.
—Tardaste mucho en llegar—dice aquella voz en un sonido sepulcral antes de abrí la puerta de la mansión.
Al entrar la misión un humo se desvaneció y apareció en las escaleras de oro negro que tenia al frente, el salón era enorme con miles y miles de velas alrededor unas hermosas cortinas purpura se podían ver en las ventanas eran gigantes el suelo tenía una alfombra de color rojo y una candelabro enorme sobre ellos iluminaba completamente aquel salón, hacia arriba por aquellas escaleras no se veía la segunda planta era solo oscuridad un vacio pero se percibía que había más personas en ese lugar mas no se podía ver, entre aquella oscuridad existía una pequeña neblina que apenas y se percibía flotando de un lado para el otro de un color perla muy claro.
—Linda mansión—le dije con sarcasmo—viniendo de ti no me esperaba nada así.
Aquella sombra humana en forma de humo empezó a tomar forma dando paso a un hombre fornido, alto de cabellos negro con mechones blanco en algunas partes sus facciones eran perfecta su piel blanca como la nieve sus labios un poco gruesos de color rojos mas sin embargo se veían un poco blancos, sus ojos era negro con una línea amarilla perlada en la iris aquellos ojos eran muy raros como aquel hombre que acababa de aparecer, su ropa era moderna con un jean negro y una camisa manga larga roja sangre con algunas rallas blanca bien combinada con los zapatos negros.
—Eres una de las criaturas más asombrosas del mundo jamás pensé que llegaría a tenerte aquí en mi humilde lugar—dice aquel hombre con una sonrisa mientras bajaba las escaleras.
—Ves que las cosas cambiaron un poco—le digo algo distraído viendo aquellos ojos que hipnotizan—ahora bien explícame ¿Qué hago aquí?
—Lo he notado mi querido lobo—me dice con un susurro en mi oído izquierdo no sé en qué momento llego allí y me pone nervioso—vamos a comer para hablar un poco y explicarte que haces aquí además te ves bien sin ropa Cody.
No había notado que andaba completamente desnudo, aquel lugar le había ocultado cualquier sensación de frio o dolor, lo único que podía sentir era el miedo y el vacio que existía en aquel momento.
—No me incomoda—le digo encogiéndome de hombros, desde que tengo memoria la desnudes no me afectaba en nada, a veces hacia que si solo para molestar a los demás pero en realidad era parte de mi naturaleza lobuna—pero si te molesta ponerme ropa.
Con un sonrisa de la muerte un humo negro me envolvió y unos jeans negros y una camisa azul oscuro aparecieron junto a unos zapatos negros, al parecer si le molesto el hecho de andar así.
—No me molesta que andes desnudo en mi mansión pero mientras allá ciertos invitados—aquello último sonó más a desprecio—no permitiré que andes así.
Mientras caminaban por la mansión hacia el comedor, pensaba en qué momento se me ocurrió la gran idea de sacrificarme, sabía que lo que había hecho era una razón de más fuerza que liberar a los demás de aquellas criaturas. Al atravesar aquellas puertas de color negra habían llegado al comedor, era un lugar enorme con una mesa llena de mucha comida y diferentes decoraciones un poco exóticas, alrededor había varios cuadros algunos de ellos oscuros otros con animales atacando a otros, ley del más fuerte, al final había una mesa para dos un poco grande con una calavera donde salían varias velas algo terroríficas la verdad aquellas velas eran rojas y purpura con una llama tenue pero el lugar a pesar de todo se veía muy iluminado.
Ambos se sentaron en la punta de la mesa caoba oscura que brillaba como si fuera recién pulida, Cody observo la delante suyo un plato de plata con cubiertos de oro donde se podía reflejar todo el lugar, al verse en el plato se veía como si no hubiera muerto y sus heridas no estaban aquello si era raro pero en el fondo entendía la razón de aquello.
—¿Qué quieres comer? —le pregunta la muerte con un susurro pero potente—pídeme lo que quieras.
—Pizza de mi favorita, queso y piña—le digo con una mirada desafiante en el fondo sabia que a la muerte le gusta comer cosas elegantes pero quería desafiarlo en ese momento.
—Chico malo—le dice con una sonrisa malévola pero con solo sonar sus dedos unas sombras de algunos lugares oscuros salieron llevando la comida a los platos—por esta vez te dejare pasar la comida, para la próxima escogeré yo.
—¿Acaso estaré mucho tiempo aquí?—le dice Cody en tono desafiante viendo su pedazo de pizza recién preparada con mucha agilidad toma un poco y la muerde esta deliciosa.
—Para eso están los cubiertos—le dice con un poco de incomodidad mientras una sombra le servía vino blanco y observaba comer a Cody—y respondiendo a tu pregunta, eso dependerá de lo que hablemos.
Cody no dijo nada solo comía y tomaba agua si ese sería su último día tendría que disfrutar de su comida preferida antes de desaparecer del tiempo y espacio pero al menos había logrado su cometido o así lo pensaba. Después de un rato comiendo el plato de Cody había quedado tan limpio como la primera vez que los vio la muerte aun seguía con su copa de vino blanco observando a Cody con aquellos ojos únicos con una sonrisa ladeada, así pasaron unos minutos antes de que el silencio terminara de desesperar al lobo.
—¿Y bien? —le dice Cody mirando a su acompañante algo estresado—¿Qué vamos hablar?
—Sabes de qué hablaremos—le dice colocando su copa en la mesa un frio se empezó a sentir en el lugar—tu nunca fuiste alguien muy tranquilo, desde que te conocí hace bastante tiempo ya.
Aquello saco a Cody de lugar sabía lo que diría pero no pensó que sería en ese lugar.
—Primero te contare una pequeña historia y después veremos que sucede—le dice muy frio la muerte—hace mucho tiempo un muchacho que solo se preocupaba por su soledad y por su trabajo se encontró a un joven en su camino un pequeño que era fuerte y muy ágil, lo vio crecer y empezó a sentir muchas cosas por ese jovencito que se convirtió en hombre, siempre lo cuido en todo momento hasta que un día sacrifico su vida por los demás—aquello era lo que temía Cody, hace años atrás siempre veía a una sombra negra asechándolo pero nunca le conto a sus padres de ellos porque sabía que lo cuidaba mas no pensó que algo así sucedía solo se lo suponía—aquello le rompió el corazón al hombre que desde hace siglos se ha sentido solo y sin amor por su trabajo, pero ahora helos aquí a los dos en una grata conversación para saber entender que pasara ahora.
Y allí estaba la bomba que Cody esperaba desde que había abierto los ojos en aquel lugar, la muerte estaba enamorada de él.
—La verdad muy linda la historia—le dice Cody con algo de sarcasmo algo que no le pareció aquel hombre porque junto un poco sus cejas mas no dijo nada—lo que dices es verdad, yo te sentía y sé que no fue la mejor forma de conocernos no era mi tiempo.

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