—"¿A qué se refiere? ¿Los tres?"—con temor pensó.
—No, no, no, Jack ¡por favor!—suplicó Daniel.
Muy tarde. Jack ya lo tenía acorralado. Agarró a Daniel y lo posicionó en su regazo dándole la espalda y con delicadeza abrió sus piernas. La bata que traía por vestimenta no era de ayuda en esa situación, prácticamente lo dejaba a merced del alfa. La acción fue tan rápida que no sintió como sus músculos se contraían.
Jack soltó un suspiro y recargó su mentón en el hombro de Daniel y con sus manos trataban de calmar los temblores en el menor.
—Daniel, tranquilo, no te voy a lastimar.—dijo en su oído haciendo estremecer al castaño—Te lo prometemos.
Eso no tranquilizó al omega. Jack empezó a besar su oreja y una de sus manos recorría su torso para luego bajar hasta sus piernas.
—N-no...por...por favor...¡ah!
El alfa estaba enterrando sus colmillos en el cuello de Daniel. La sangre esta escurriendo manchando su ropa. El castaño gemía de dolor, las lágrimas se amontonaba en sus ojos liberándose y los temblores continuaban. Jack no paraba de tocarle descaradamente con una mano y con la otra jugaba con sus lastimados pezones. Jack comienza a lamber su sangre haciendo un recorrido por el cuello para luego empezar a morder y dejar pequeños chupetones.
—No...n-no...ah...Jack.—suplicó Daniel.
Haciendo caso omiso. Jack continuó con su travesía, explorando aquel tierno y hermoso cuerpo ya marcado por el. Se sentía realizado, el y su lobo por igual. Después de mil años, tenía a su luna, su omega y nadie se lo quitaría. Jack aún seguía molesto por el rechazo de Daniel, quería seguir marcándolo, yacer con el. Día y noche. Sin parar y en un futuro pronto, tener a sus cachorros.
Jack abrió aún mas las piernas del omega, restándole importancia a sus lloriqueos y dolores que padecía. Abrió su cremallera y posicionó su gran hombría entre las piernas del omega, cerrando con brusquedad estas.
—¡Ah! Jack... Duele...—se quejó en un pequeño susurro.
El alfa estaba ejerciendo presión en sus piernas, creando un terrible dolor en el omega. Los mareos de Daniel empeoraban, un nudo se creaba en su garganta impidiendo soltar mas suplicas vanas. No quería, Daniel no quería continuar. Como pudo, intenta apaciguar su llanto, pues sabía las intenciones del alfa, pero a la vez sintió un gran alivio al saber que no lo violaría o eso quería pensar.
Daniel no quería ver nada y cierra sus ojos. No quería ver como su cuerpo era tratado como un juguete de satisfacción.
—Abre los ojos mi ángel, mira como juego con tu lindas piernas.—dijo con burla en su voz y con cierto tono cargado de placer, mientras con fuerza alzaba a Daniel de las piernas y apretaba su miembro creando una fricción placentera en el alfa. Los gimoteos de Daniel solo lo excitaban y lo hacían caer en la locura. El y su lobo querían hacerlo suyo de nuevo, una y otra vez...
Daniel abre sus ojos, con la vista un poco mas clara que antes nota el gran miembro del alfa que antes no notó.
—“¿Esa cosa entró en mi...? No puede ser.”
No había notado que apenas sus piernas chocaban, esa cosa lo impedía, eso era irreal, era imposible....
—¿Qué miras Daniel?—dos voces se hicieron presentes—Admiras algo en especial...
El castaño notó como las manos que lo sostenían se volvieron de un color obscuro y como sus uñas se transformaba en garras. Daniel sabía, que en ese momento se estaba transformando en ese gran animal.
La gran bestia empuja bruscamente a Daniel contra la cama, quedando boca abajo.
—¡Ah!...
Gimió Daniel. Todo su cuerpo se contrajo y se abrieron algunas heridas,—en especial de sus caderas y su ano—haciendo que gimiera y llorara aun mas sin contenerse. El dolor aumento y el nudo en su garganta hizo apaciguar sus gemidos al notar sus intenciones. El lobo quería divertirse. Aún sentía las garras en sus piernas, su caderas estaban alzadas, para mayor comodidad de aquel gran lobo. Todavía sentía el miembro entre sus piernas y también, como lentamente se volvía mas viscoso y grande.
El temor creció en Daniel al igual que sus mareos y temblores. Las lágrimas volvieron al igual que los dolores aumentaron. Posiblemente no lo violaría, pero... en esa misma posición... ese gran lobo abuso anteriormente de el.
Daniel con una idea en su cabeza, estúpida, piensa huir de ese tormento y trata de mover su cuerpo hacía adelante.
—“¡Grr! Mio.”— Anticipó su movimientos y lo aprisionó poniendo sus garras en ambos brazos...
—No...por...por favor.
La voz de sufrimiento de su amada luna, sus temblores, sus heridas y lágrimas despertó a Jack de su locura y tomó el control de su lobo.
Jack vuelve lentamente vuelve a su forma original y mira su cometido, su gran estupidez e injusticia hacia su pequeño. Su cabeza procesa todo. El sabe que el cuerpo de Daniel era muy débil, y eso, de alguna manera, lo excitaba aún mas. Pero tenía que contenerse, sobretodo porque esta herido. Sus manos dejaron de aprisionar los brazos heridos del omega y con mucho cuidado, baja sus caderas lentamente. No quería hacerle daño.
Jack mira a Daniel bajo suyo. Nota como este tiembla y esconde sus lágrimas en las sabanas. Se miraba tan frágil, sus manos sujetan con mucho temor los cobertores. Oye sus gemidos de dolor siendo inútilmente callados.
—Daniel...
Daniel no respondía, sólo continuaba evitando su rostro.
—Mi ángel... como lo siento.—se sinceró tristemente.
Notó como entre sus lastimadas piernas escurría su seme y eso lo hizo enojar. ¿Cómo pude ser hijo de puta? El no merece esto. Miles de pensamientos y reproches atravesaron la mente del alfa. Pero aunque llegara a un acuerdo el sabía que no lo cumpliría, mucho menos con la hermosura de su luna. ¡Por qué por dios! El era perfecto, hermoso, frágil, delicado, puro. Un lienzo perfecto y manejable, solamente blanco, el cual quería dejar su marca y más que eso. Quería ser un tatuaje para Daniel, su necesidad, su alimento de todos los días.
El alfa logra reaccionar y nota como ya, desde hace varios minutos, arribaron a su destino.
—Daniel...—dijo Jack. Acercó su mano hasta acariciar los cabellos de este haciéndolo estremecer, creando una corriente eléctrica en todo su cuerpo de necesidad, de anhelo.—Ya llegamos mi ángel.
Daniel voltea lentamente su cabeza y mira hacia el alfa. Y pudo notar en su mirada ese cariño, ese deseo; que solo llenaba su pecho de algo caliente y hacía a su corazón palpitar. Daniel ya se considera así mismo como un masoquista. Pero solo con el, sólo el...
“Como odiarlo...si me mira así.”
Hola.
× Pido perdón por cualquier falta de ortografía que encuentren.
×Perdón por no publicar antes.
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Gran diferencia (Yaoi)
WerewolfHombres lobos y vampiros. Hostiles criaturas, orgullosas y fuertes. Ambas en conflicto pero se han empeñado en convivir cientos de años. En estas conflictivas razas están los alfas y omegas, ya sea hombre o mujer. Con el paso de los tiempos, la rel...