Daniel estaba tan concentrado en apaciguar su dolor que no escuchaba nada, ni la hermosa imagen ante el no lo tranquilizaba. Llevó su mano derecha hacia el vitral rosandolo, tratando de sentir el frío del cristal contra su piel.
—Mi Luna...
El dolor no se iba y no parecía irse, la sensación de algo agridulce en su boca no se iba, las ganas de vomitar tampoco. Quería gritar y llorar, y no sabía por qué, o tal vez si, pero le daba miedo reconocerlo y admitirlo. Las olas chocaban hermosamente contra la arena y el viento revoloteaba contra los árboles, la noche ya llegaba y el quería que llegara la mañana. No quería estar ahí, no quería voltear y ver a Jack sonriendo y dejándose tocar por aquellas...por aquellas mujeres.
Pero ¿cuándo la mente a superado al corazón? ¡Nunca! , y eso es algo que lo aterraba, a pesar de todo, aquel alfa dió un giro de ciento ochenta grados a su patética y solitaria vida. A pesar de que era un cambia formas y sobre todo alfa, no le disgustaba; es más, lo llenaba de una gran felicidad y en su estomago revoloteaban mariposas.
—Ah... — suspiró bajito y dibujó en su boca una pequeña sonrisa de nostalgia.
Con la sonrisa aún dibujada en su rostro volteó hacia la pequeña. Tal vez se le hizo un poco tedioso estarlo esperando, se iba a disculpar por eso y pedirle otra vez que le mostrará su asiento.
—Lo siento mucho, me distraje un momento y ah...
Pero al voltear, la pequeña no sólo se le quedaba viendo con ojos de admiración y respeto, sino que todos ahí presentes lo miraban con la misma intensidad y con algo diferente de la pequeña mucama...¿deseo?
Reprimiendo un gemido de asombro bajó su mirada a sus pies, levantó ligeramente su vestido para poder dirigirse con la pequeña y evitar la incomodidad de ser visto por cientos de ojos. Eso lo pondría a salvo...o eso creía.
—¿¡Quién diría que nuestra Luna fuera de una gran belleza!? —gritó un alfa en los presentes.
—¡Solo espero que me toque a su lado, se nota que su olor puede levantar mi espíritu muerto! —gritó otro avivando el fuego.
—¡Su fina figura debería ser un gran delito! ¿¡No lo creen señores!?
Los silbidos y palabras de dobles sentidos no se hicieron esperar, todos levantaban sus copas y alegaban por una foto de él en ropa más descubierta. De muchos alagos y comentarios activistas, pasó a lo vulgar y a las insinuaciones nada decentes.
Daniel en un intento de ignorarlos y que no notaran su terror, siguió su trayecto, pero no parecía funcionar, su olor lo delataba. Apretó el pasó hacia su asiento creyendo así que sesarían los comentarios; pero no funcionó. Los temblores empezaron a invadir su pequeño cuerpo y los pasos se volvieron torpes provocando su tropiezo—levantando un poco más de su falda—, dando a relucir sus delicados y hermosos muslos rosados. Con un brazalete dorado en su muslo superior. Sin duda era una vista sugerente, atractiva y sensual.
La tensión en el aire se podía palpar con las manos. El bullicio paro abruptamente ante tal imagen. La falta de cordura no tardó en aparecer y se hacía notar en los presentes, los ojos de todos los alfas, y de todos aquellos que tenían un pene en vez de cabeza tenían las pupilas muy dilatadas. Por un momento, todos se olvidaron que era el omega del Rey y dejaron que sus instintos los dominarán. Gruñidos hicieron aparición haciendo temblar a los débiles—omegas y algunos betas—. Era una tensión sexual, pecaminosa y prohibida para con el pequeño.
Daniel estaba muerto de miedo ante tal situación. Su mente solo quería que aquella persona lo abrazara y desprendiera su aroma para tranquilizarlo, protegerlo, sacarlo de ahí. ¡No quería estar ahí! ¡Quería irse!
Jack, por favor, Jack.
—Jack... —gimió Daniel en un susurro.
Feromonas descontroladas llenaron el salón debilitando a más de uno y en los interiores de esas bestias clamaban:
¡MIO, MIO, MIO!
—Ah no... —dijo la pequeña mucama aterrada.
Con mucho temor acude a levantarlo, bajando su falda en el proceso. Pero antes de hacerlo, se escuchó un gran gruñido alertando a todos. Y cuando menos se dio cuenta, su Rey, estaba frente a ella.
En el salón habitó el silencio, un silencio bruto y cortante. Con cada paso que Jack daba hacia su omega, más letal era su olor, más imponente era su presencia. Sus pasos hacían eco contra el piso y se acercaba cada vez más hacia su objetivo, que temblaba y repremía pequeños gemidos. El omega liberaba feromonas adictivas como en celo, pero combinadas con terror. Daniel se hacía más pequeño conforme los pasos de ese alfa se acercaba, y aunque todos tenían miedo de lo que él Rey les podría hacer, él estaba más preocupado por si mismo, pues con su enlace, sabía que la mayor parte de la ira de Jack era hacia el mismo y no para ellos.
No... No, por favor.
—Daniel, voltea —. Susurró Jack de manera que solamente el entendiera. Su voz era seca y sin sentimiento hacia el omega. El olor que Daniel tanto deseaba sentir, se volvió agrio y espeso. No quería hacerlo, tenía mucho miedo, era tan tranquilo que lo desconcertaba. — Ahora.
Daniel levantó su mirada lentamente y con mucho miedo, las lágrimas no cesaban al igual que lo temblores. Y lo que encontró lo dejo helado. En el mirar de Jack no había nada, sus labios no expresaban nada, ni sus facciones—eran inmutables— y en sus ojos, no había muestra de...de cordura...
Daniel reprimió un gemido de absoluto terror. Su interior se encogía dejándolo sin aire, su mente quedó en blanco por un momento. Sus temblores se volvieron erráticos y sus lágrimas salieron con más intensidad.
La persona frente él...no era Jack.
El pequeño omega no se dió cuenta cuando Jack lo tomó en brazos con mucha delicadeza—que a Daniel asustaba—, volteó hacia los invitados y les dedicó una sonrisa que dejó a todos helados.
—Si nos disculpan, la fiesta tendrá que ser festejada sin nosotros.
Su voz se oía calmada y tranquila. Pero algo estaba mal y todos lo sabían, conforme el Rey avanzaba todos retrocedían con gran miedo. Cada paso que daba era sin duda letal y aficciante. Gemidos de terror escapaban de todos los omegas ahí presentes, uno que otro se desmayó en el trayecto y otros con gran odio ante tal noticia observaban como desaparecían detrás de las puertas.
¿Qué fue eso?
Hi, ¡criaturitas! 🙋👸💄
🐸Primero que nada, gracias por seguir esta historia, en serio los quiero mucho. ¿Qué esperan del siguiente episodio?💋💖💖🐇
¿¡Hard!? ¿Violencia? ¡¿Dónde?!
🐸Perdón de antemano por las posibles faltas de ortografía y mi débil manera de expresión. Voy a mejorar... Eso espero.
Bye bye. 🐼🐙👑
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Gran diferencia (Yaoi)
WerewolfHombres lobos y vampiros. Hostiles criaturas, orgullosas y fuertes. Ambas en conflicto pero se han empeñado en convivir cientos de años. En estas conflictivas razas están los alfas y omegas, ya sea hombre o mujer. Con el paso de los tiempos, la rel...