¿Quieres ser el peperoni de mi pizza?

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En multimedia Steffany

(...)

Narra Steffany

Me puse mi traje negro y unos tacones rojos. Me maquille sencilla, rímel y labial rojo mate. Salí del baño a la misma vez que Nick salía del cuarto.

-Te vez... Hermosa.-Me ruborice y lo mire.

-Tu igual Capitán America.-Él se sonrojo y camino hasta donde yo estaba. Este tenía una camisa un poco formal de color negro, un mahón color azul marino y unas tenis formales.

-Tu te vez mejor que yo.-Dijo y me abrazo. Nos separamos y nos miramos por un instante. Entrelace mi brazo con el de él y caminamos hasta la puerta. Tome mi bolso pequeño de noche y él tomo las llaves de su auto. Pero antes de salir busque mis adidas blancas para cuando me molesten los tacones. Él sonrió y ahora si salimos del apartamento. Fuimos hasta el elevador y entramos. Él me miro y yo sonreí. Me gusta. Se nota a fondo.

Aclara. Se nota desde china y japón.

Tu siempre apareciendo en momentos inoportunos.

Solo corregía ese detalle ya que él te esta mirando mucho y tu aquí como una boba.

Deje de hablar con mi consciencia y mire a Nick.

-¿Quieres una foto? Dura más.-Este se carcajeo y saco su teléfono. Nos tomamos un selfie y luego él me tiro una a mi completa. Luego yo saque mi teléfono y le tire una foto. El elevador se abrió y nos miramos. Salimos de este y a lo lejos Jadeen venía con Michele agarrados de mano. Nick tomo mi mano la entrelazo y beso mi mejilla frente a ellos. Le sonreí a Nick y seguimos caminando. Salimos del edificio y caminamos hasta su auto. Me abrió la puerta como todo un caballero y yo me subí al auto.

(...)

-¿Por que tengo que taparme los ojos Nick?-Se escucho su risita.

-Es una sorpresa.-Repitió por milésima vez. Me ayudo a bajar del auto y tomo mi mano. Me quede parada y él me tomo de la cintura para guiarme. Sentí un cosquilleo en el estomago por su contacto en mi cuerpo. Nos adentramos a un lugar de piedras. Por poco me doblo el tobillo. Parecia las mujeres de las pasarelas que llevan los tacones tan altos que se doblan los pies y caen al suelo. Luego siguen caminando con los pies meciendose de lado a lado. Nick aumento el agarre a mi cintura y me cargo como una princesita.

-¡Oye!-Escuche su risa que me provoca miles de mariposas en el estomago.

-Parecías una modelo de pasarela con tacones.-Me reí con fuerza. Se detuvo y me bajo. Pero el sonido de mis tacones se intensifico por la madera. ¿Es madera? No lo se.-Bien... Aquí vamos.-Sonreí y aunque no lo crean estaba tan nerviosa que mis piernas temblaban. Me quito la venda de espacio pero aun así yo no abrí mis ojos.-Puedes abrir los ojos.-Los abrí de espacio.

Era una pequeña cabaña, con velas, pétalos y lucesitas por todas partes. Era acogedora no tenía paredes si no cristales. Se podía ver el mar desde algunos lados. En el centro de esta había una mesa con dos platos vacíos y unas velos. Algunos pétalos, copas y cubiertos. Me gire y mire a Nick.

-Me encanta...-Dije acercándome para abrazarlo.

-Yo sabía que te iba a gustar. Ven vamos a sentarnos.-Me tomó por la cintura y me guió hasta la mesa. Sacó un poco la silla para que me sentara y eso hice. El rodeo la mesa y se sentó. Luego apareció un mozo no se de donde y vino con una libretita.

-Buenas noches. Bienvenidos a Cesar's Place. Yo voy a ser su mozo por esta noche. Mi nombre es Luis y espero que lo disfruten.-Eso se escucho mal pero no importa.-¿Cuales serían sus ordenes?-Mire a Nick y este tenía un menú en su mano. Yo tome el mío y vi lo que había para comer. Escogí algo barato ya que no me gusta eso de que paguen por mi.

-Quiero unos fetuccini con salsa blanca y unas costillas.-Mire a Nick y el tenía sus ojos abiertos como platos.

-¿Para usted señor?-Nick miro al mozo.

-Lo mismo que la señorita.-Dijo y el mozo se fue apurado.-Comes demasiado, pero aun así no pediste ensalada.- Sonreí solo mostrando mis dientes.

-No soy de ensaladas. Básicamente vivo entre comida chatarra.-Este sonrió aun mirandome.

-Tu madre me llamo ayer...-Lo mire con atención.-Me dijo que...-Se río fuerte y tomo su cabeza entre sus manos divertido.-Que usemos protección no vaya a ser que quedes embarazada.-Abrí mis ojos como platos y tape mi cara que ya estaba roja.

-No puede ser.-Dije en un susurro y el se río aún más.-¡No te rías! ¡Eso fue vergonzoso!-Me reí entre mis manos.

-Oye ya puedes quitarte las manos de la cara.-Dijo y cuando me las quite, él tenía en sus manos un par de zapatillas de ballet.-Tu madre me las dio el día que fui a tu casa.-Mire su rostro y tenía un brillo especial.-Si nos da tiempo bailamos.-Sonreí asintiendo.

-Aquí están sus ordenes. Apurense.-Lo ultimo lo dijo muy bajito a los demás. Ordenaron todo, nos dieron la comida, pusieron vino tinto en nuestras copas y por ultimo nos dejaron con un poco de música relajante para mis oídos.

-Esta muy bueno. ¿Es la primera vez que vienes aquí?-Le pregunte y el negó.

-Sólo si he venido un millón de veces, acompañado...-Se ruborizo.-Eres la primera que me acompaña a este lugar.-Detuve el tenedor a mitad de proceso ya que iba a mi boca.

-¿Yo?-Repetí.

No mi vaca lechera.

Ugh.

-Si, tu eres la primera.-Sonreí. No puede ser que todo esto me pase a mi. Hacen tiempo que no sonrió cada segundo. Pero ahora si.-De echo te traje aquí para decirte algo importante pero termina de comer no quiero que te atragantes y se termine la cena.-Sonreí divertida por sus ocurrencias y lo mire.

-Tranquilo. Esperare a terminar de comer.-Dije ya impaciente por que me dijera. Este sonrió.

Termine de comer y mire a la playa. Todo esta tan oscuro excepto nosotros. Me gire y vi a Nick quitándose sus tenis. Me miro y me hizo una seña para que me acercara. Me acerque, me entrego las zapatillas y se levanto para poner una música que me hiciera bailar.

(Nota de la autora: recomiendo leer esta parte con la musica.)

Me calce las zapatilla de ballet después de estirar mis musculos. Recogí mi cabello y mire a Nick que venía caminado.

-Bueno es hora de mostrarme como bailas el ballet.-Sonreí y comencé a bailar. Cada paso que daba se sentía muy bien. Cada vez que él me levantaba sentía como todo lo de mi ser se transformaba en una vida mejor. Sus manos moldeaban mi figura y sus pasos revivían los míos. Me sentía libre estando con el. Libre de que no me juzgara. Libre de que me siguiera en cada paso. Me pare de puntitas y enrosque mis brazos en su cuello.

-¿Tenías algo importante que decirme?-Me baje de las puntitas y este me miro.

-Si... Estoy un poco nervioso así que ten paciencia.-Asentí dandole a entender que la tendría.-Es muy poco tiempo para decirte esto pero...-Trago saliva ruidosamente.-Me gustas... Desde el primer día que choque contigo, me gustas y mucho. Por eso hago todo esto por tí.-Sus ojos me miraban con admiración. Sentí que mi vida no podría ir mejor.

Tenerlo a mi lado me hace sentir especial. No dudaría en besarlo ahora mismo. Pero no quiero parecer desesperada.

-Yo también tengo que decirte algo...-Respire.-Tu también me gustas, al igual que tu, desde que te vi me gustaste. ¿Sabes? Eso de chocar contigo y caer al suelo es mi especialidad.-Sonrió con esa dentadura perfecta.

-Entonces...-Lo mire atenta y me acercó a él un poco rápido sin darme tiempo a nada.

-Me gustas mucho.-Le repetí.

-Entonces déjame preguntarte algo...-Respiro muy hondo y cerro los ojos.-¿Quieres ser el peperoni de mi pizza?-Sonreí con tanta alegría.

-Si, Si quiero ser el peperoni de tu pizza Nick.-Por lo menos no fue tan meloso como Jadeen. Pero olvidemos a Jadeen, ahora es tiempo de salir adelante.

-Que gusto me daría tener peperoni en mi pizza.-Dijo y me levanto en el aire aun bailando.

Mrs. QuendricksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora