Veintiuno

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Los árboles secos y los suelos con hojas amarillas y marrones dejaban en claro que el Otoño se presentaba con todo este año en Holmes Chapel.

Así que, en la noche el frío aumentaba y por ese motivo _________ eligió una sweater color azul marino, con un estampado de panda y unos jeans oscuros.

Se encontraba frente al espejo haciendo muecas y girando sobre si misma.

- Definitivamente, este conjunto me encanta - comentó su conciencia, mejor conocida como Leslie, acostada sobre la cama -. ¿Qué piensas ponerte en los pies?

- Zapatillas azules - respondió segura y su amiga asintió -. Por cierto, allí tienes dulces, están sobre la mesa de luz - comentó señalando una bolsa de papel.

- Está bien, no quiero - comentó y apoyó sus manos sobre sus rodillas.

- ¿Segura? - preguntó, y comenzó a atarse los cordones -, porque traje tus chocolates favoritos.

- Estoy bien, ________ - suspiró -. Sigamos, ¿terminamos con esto? - preguntó parándose y tocando su cabello -. Debemos peinarte.

- ¿Te encuentras bien?

- Sí, ¿por qué? - preguntó confundida, mientras tomaba su cabello entre sus manos.

- Es que te veo un poco más...

- ¿Delgada? - sonrió, y su amiga negó con la cabeza.

- No, pálida.

- Uhm, no sé - se encogió de hombros -. Pero no hablemos de mí, hablemos de tu deseada cita con cierto chico de ojos verdes.

.....

Una hora después, _________ se encontraba parada fuera del cine de la ciudad, abrazándose a si misma por el frío y revisando su celular cada cinco minutos; la función empezaría en unos más y no había señales de él.

Su largo cabello caía por uno de sus hombros en una larga y pesada trenza, y ella se lo corrió para volver a revisar la hora.

Genial, sus sospechas eran reales y esto era una especie... de broma. Toda la escuela sabría que el capitán del equipo de fútbol la dejó plantada.

Suspiró pesadamente y comenzó a caminar cuando sintió una mano apoyarse sobre su hombro derecho y cuando volteó, lo vio.

Se encontraba agitado, una de sus manos sobre su pecho y respirando irregularmente. A pesar de no estar en su mejor momento, ella no pudo evitar notar su atuendo, se veía... genial. Con aquellos jeans oscuros, sus botas café, un delgado sweater negro, su cabello despeinado y... esos ojos verdes... se encontraban llenos de preocupación.

- ¿Estás bien? - preguntó preocupada.

- Lo... la... lamento - respondió, recuperando la respiración -. ¿No odias cuando los autobuses tardan una eternidad?

- Uhm, sí, pensé que te habías olvidado - levantó uno de sus hombros.

- No, ¿qué dices? - frunció el ceño -. Estuvimos más de una hora hablando de esto, ¿cómo crees que me olvidaría? - levantó la mirada, para observar la cartelera -. Entonces, estamos a tiempo, ¿verdad?

- Creo que sí.

.....

Cuando __________ quiso pagar la entrada, Harry sujetó su mano -- causando una corriente eléctrica que recorrió su columna vertebral --. Ella lo miró confundida y él solo murmuró "¿De verdad pensabas que dejarías que pagues?" y sonrió. Eso bastó para que ella lo imitara.

Lo mejor de todo fue que él no soltó su mano en ningún momento, ni siquiera cuando pagaba por los caramelos, ni cuando se acomodaron en sus butacas.

Black KeysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora