Siete

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El atardecer cayó rápidamente sobre la ciudad de Holmes Chapel.

Había caminado por casi 30 minutos para llegar a su destino. Cuando llegó, suspiró fuertemente.

Tocó la puerta tres veces antes de ser atendido por una hermosa mujer con cabello muy largo, y ojos azules.

- Niall - dijo alegre y le sonrió.

- Hola Mac, ¿se encuentra Amy? - preguntó, ingresando al lugar.

- Sí, se encuentra en su habitación. ¿Te quedarás a cenar?

- No, gracias.

Subió las escaleras para ingresar a la habitación de su amiga. La puerta se encontraba entre abierta, así que solo ingresó en ella.

Dirigió su mirada a la cama, la cual estaba desecha y con varios papeles encima.

- ¿Amy? - preguntó y acto seguido escuchó un golpe detrás tuyo - ¡No!

- ¡Te voy a matar, imbécil! - exclamó la chica, luego de subirse a su espalda y tapar sus ojos. Niall la sostuvo colocando las manos en sus muslos. Comenzó a caminar en la habitación a ciegas, riendo -. No es divertido, vas a morir.

- Sí, si lo es, ¿olvidaste que si me matas no irás a USA?

Amy bajó de su espalda y lo empujó, haciéndolo caer sobre su cama. Se abalanzó y se colocó sobre él a horcajadas, golpeando su pecho.

- Bueno... bueno... ¡Basta!

- ¡No!

- ¡Sí! - y, luego de liberar sus brazos, comenzó a hacerle cosquillas.

- No... no... ¡Niall! - dijo con dificultad, ya que le costaba respirar a causa de las carcajadas - ¡Me rindo!

Se sentaron sobre el borde de la cama, recuperando el aliento. Amy peinó su mojado cabello en una coleta.

- ¿Por qué me hiciste eso? - preguntó el rubio, luego de algunos segundos.

- ¿De en serio me estás preguntando esto? - se cruzó de brazos y levantó ambas cejas.

- No - suspiró -. De verdad lo lamento, no se suponía que mamá hablara contigo.

- En realidad, no lo hizo. La escuché mientras hablaba con mi mamá - torció sus labios -. ¿Por qué no me lo dijiste?

- No... yo no lo sé - se encogió de hombros -. Fue algo reciente y quería estar seguro.

Amy lo miró, observando fijamente sus ojos. Fue cuestión de segundos para darse cuenta que algo ocultaba. Lo conocía tan bien, no había manera de que se le escapara algo. Pero, a la vez notó algo diferente, algo que no había visto en él en todos sus años de amistad. Entonces, decidió callar, sabía que cuando él estuviera listo le diría la verdad... por su propio bien.

- Bien, pero... esto no termina aquí.

- ¿No?

- No, la tengo que aprobar - lo abrazó -. Hasta que no dé mi 'ok' eso no será nada oficial, ¿escuchaste?

- Sí, y lo entiendo - sonrió amablemente por un instante y suspiró -. ¿Adivina quien estuvo hoy por aquí? Allyson.

- Oh - mordió sus labios y colocó una mano sobre su espalda, dándole su apoyo -, ¿qué tan malo fue?

- No fue malo, para nada. Pasó por la casa de su hermana a buscar algunas cosas, la vi solo unos minutos. Su tren ya partía.

- ¿Crees que podrás soportar todo una noche con ella?

Black KeysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora