Black Keys

Treinta y tres

Su boca no cayó al piso porque simplemente no podía. Pero... wow, Niall se veía hermoso vestido con un bonito traje y sonriendo algo tímido.

Ella tragó saliva antes de volver a hablar.

- ¿Niall?, ¿qué haces aquí? - preguntó con la poca voz que le salió.

- Bueno... ehm, ¿quieres bailar? - fue lo único que dijo.

Ella asintió dejando el vaso a un lado y aceptando su mano tendida para dirigirse a la pista de baile.

Él la rodeó con sus brazos, provocándole escalofríos. Sus manos temblaron antes de rodear su cuello.

Comenzaron a bailar sin decir palabra alguna. Ella no sabía que decir y él quería decir algo, porque estaba esperando el momento perfecto.

- Te ves hermosa esta noche, _______. Me gusta tu nuevo look.

- Gracias - hizo una pausa - ¿Viste lo que sucedió?, ¿verdad? - preguntó ella por fin.

- Sí, fue raro que no te hayas sorprendido - negó divertida.

- Digamos, que algo ya sabía ;)

- Ok - rió y luego se puso serio un momento.

- ¿Te sucede algo? - frunció el ceño.

- No... bueno... ¿sí?

- Niall...

- Ugh, por favor no te alejes después de lo que voy a decir. Solo escúchame.

- Pero...

- ¿Por favor? - lucía desesperado.

- Está... bien. Creo.

- Yo... - comenzó. Cerró los ojos y suspiró antes de seguir hablando -. ¿Recuerdas la primera vez que te besé? - ella asintió -. En un principio, fue para darle celos a Ally, pero se metieron sentimientos en el medio que me hicieron intensificarlo.

- ¿Sentimientos?

- Sí. Mira, no creo que te sorprendas con esto, ¿verdad? Es decir, tú y yo compartimos secretos únicos, ¿no? Con nuestra pequeño plan que comenzó como algo inocente y creció bastante. Me contaste tus secretos como lo que... ya sabes y yo te conté los míos. Comenzamos siendo dos desconocidos que se hicieron amigos pero fue tan raro para mí porque sinceramente nunca me había sentido así por ninguna amiga. Bueno, tal vez por Allyson pero eso fue cosa del pasado, ¿sabes? Estoy seguro que yo nunca la amé, estaba cegado por el simple hecho de que alguien se haya fijado en mí de esa manera. Pero no, no fue amor. Creo que la celé tanto con Liam porque tenía miedo que nadie más me quisiera de esa manera.

- ¿Niall?... ¿qué quieres decirme con esto? - preguntó sin entenderlo... del todo.

- ¿Qué no es obvio? - ella levantó sus hombros inocentemente -. ________ yo... t... t... t... agh. Te amo - dijo por fin.

Ella se quedó inmóvil, sin saber como reaccionar. No se lo esperaba, de verdad que no. Es decir, ¿Niall la amaba?, ¿por qué lo hacía? Ella simplemente era una chica más del montón.

- No tienes que decirme nada, solo te pido que no te alejes, ¿por favor?

- ¿Por qué?

- ¿Por qué, qué? - preguntó realmente sin entender.

- ¿Por qué me amas?

- Oh... bueno. Yo creo que te amo porque simplemente eres tú. Me gusta como eres extrañamente rara y única. No tienes ni idea de lo mucho que vales. Eres tan dulce e inocente, es por eso que la mayoría de las personas se alejan de ti, porque eres algo a lo que ellos le tienen miedo. No hay muchas como tú. De hecho, para mí eres solo tú.

- Yo...

- Por favor, ¿no digas nada? Es decir, yo solo creí que era necesario que lo sepas. No dejaré de ser tu amigo, solo no te alejes, ¿sí?

Ella asintió. No se iba a alejar, por supuesto que no.

De repente, recordó las palabras de Louis. Miro hacía un lado y lo vio bailando junto a Harry. Niall lo notó y su corazón se rompió un poco, pero debía disimular y acostumbrarse a eso.

- Niall... ¿recuerdas cuando me preguntaste cuando dejé de... hacerme daño? - preguntó y él asintió sin comprender - Dije que no sabía, pero sí lo hacía. Dejé de hacerlo el día en que te conocí, porque desde ese momento... sentí que cosas buenas iban a pasar, que no valía la pena volver a hacerlo. No lo comprendí... hasta hoy. Sé que me amas, Niall... y te lo agradezco de verdad.

- Pero...

- Yo... lo hago. Sí, lo hago - lo abrazó con fuerza -. Perdón, perdón si te hacía sentir mal, ¿ok? No era mi intención hacerlo y me preguntaba si tú... ¿quisieras ser mi novio?

Él no podía dejar se sonreír, ella le correspondía y una carcajada profunda se le escapó desde lo más profundo de la garganta al escuchar eso.

- ¿No debería yo hacerte esa pregunta? - preguntó enarcando una ceja.

- ¿Por qué?, terminaría con el mismo resultado... ¿no?

- Uhm, tienes razón - rió nuevamente -. Sí, ________. Quiero ser tu novio. Cuando te vi, me enamoré y me sonreíste porque lo supiste.

- Eso lo leí en algún lado...

- Mm, digamos que he comenzado a leer un poco por cierta señorita.

Ella sonrió y él también, comenzó a acercarse a ella pero se detuvo a milímetros de sus labios.

- No me golpearas si te beso, ¿verdad?

- No, tonto. No lo haré - respondió antes de acortar la distancia y besarlo.

Fin.