Diecinueve

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Había llegado a su casa casi corriendo, y por suerte viva, ya que cruzó dos semáforos en verde y por alguna extraña razón cuando cruzó la calle en tiempo y forma aquel auto azul no lo hizo, así que _________ decidió levantare el dedo del medio para no mandarlo al diablo del todo.

Cerró la puerta detrás de ella y apoyó la espalda en esta, tirando la mochila a un lado. La risa de Heather aún retumbando en su cabeza, y la mirada de lástima la perseguía.

Gritó el nombre de su madre y no obtuvo respuesta. Bueno, algo bueno tenía que pasarle.

Fue hacía la cocina y se sentó en una gran silla alta sin respaldo, apoyó su cabeza en la mesa y la escondió entre sus brazos, por fin soltando todas las lágrimas que tenía acumulada.

Muchas veces se sintió estúpida, pero hoy había sobre pasado el limite.

¿Cómo creyó que Harry podría aceptar salir con ella?, ¿cómo pensó que podrían ir juntos al baile?... ¿Acaso estaba demente?

Él era mucho para ella, y lo sabía.

Vamos, era el chico más popular del instituto, con buenas notas y una cantidad de chicas suficientes como para salir con una diferente durante un año. Y ella era bueno... una pequeña chica desaliñada y patética, con tantas virtudes como defectos. Ella no se veía nada positivo, ¿por qué Harry, o cualquier otra persona lo haría?

Su celular volvió a sonar como por enésima vez en 20 minutos y, luego de secar las lágrimas, decidió darle algo de atención.

Dos llamadas y algunos mensajes de texto.

El primero era de Leslie.

» ¿A dónde te has ido?... ¡Tienes que decirme todo!

... Y los próximo cinco eran de Louis.

» ¿Estás bien?

» _________, ¿puedo llamarte?

» Quiero saber porque estabas llorando, ¿puedo llamarte ahora o no?

» ¿Vendrás al entrenamiento?

» Ok, entendí que no quieres hablar y no vendrás.

» Hablamos mañana... y por cierto, acabo de terminar un libro genial, estoy seguro que te encantará.

Sorbió por la nariz antes de leer el último... era de Niall.

» ¿Cómo ha ido todo, eh?

Apagó su celular y lo volvió a guardar en el bolsillo, porque sino se tentaría a responder cada uno de esos mensajes con un "Soy tan patética, ¿por qué querrías seguir hablando conmigo? Aléjate de mí, esto puede ser contagioso. Te libero ahora mismo."

Y volvería a quedarse sola, así que seguramente se arrepentiría luego.

.....

Niall guardado el celular en su bolsillo luego de mandarle el último mensaje, esperando por una respuesta inmediata al menos que... oh no. Oh no. Seguro se encontraban juntos, compartiendo saliva y agh, los interrumpió.

Sacudió su cabeza, intentando quitar esos pensamientos de su mente

Abrió la puerta de su casa, recién llegando porque había decidido caminar hasta allí, ya que el día era lindo y le gustaba el sol y... sí, básicamente eso.

Maura le hizo unas treinta preguntas que variaban entre "¿Dónde diablos estabas?" "Oh, dime por favor, ¿se han arreglado?" y ese tipo de cosas. Niall respondió cada una de sus preguntas con mucho cuidado, y la abrazó tan fuerte como pudo, para luego besar su frente.

Black KeysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora