Black Keys

Veintiséis

El taxi la dejó frente a la casa de Leslie y, al bajar, ella acomodó su vestido antes de mirar al frente.

Leslie tenía una bonita casa, con un lindo frente y muchos árboles que se veían hermosos en primavera, pero ahora se encontraban bastantes secos, ya que el invierno estaba a unas semanas de suceder.

Con el nudillo de su mano derecha tocó la puerta de color bordó y una mujer la atendió con una gran sonrisa.

Marissa era la versión de su amiga en grande, eran prácticamente la misma persona, solo que sus ojos eran de color café.

Secó sus manos en su delantal de cocina antes de comenzar a hablar.

- _________, hace... mucho no te veía, cariño - dijo alegremente.

- Hola, Mar. Lamento no venir, he estado algo ocupada - sonrió como pudo -, ¿se encuentra Les?

- No, pero, ¿quieres pasar a esperarla? No tarda en llegar.

- Gracias.

Dio un paso hacía adentro y el olor a limón y galletas la invadió. Una pequeña corrió hacía ella.

- ¡________! - exclamó la niña y ella la alzó entre sus brazos.

- Hola, Chloe, ¿cómo te encuentras?

- Mal - respondió y ella frunció el ceño -, habías prometido venir a enseñarme a maquillarme y no lo has hecho.

- Oh - apretó sus labios -, ¿qué te parece si hablo con tu hermana y luego ambas lo hacemos?

- ¡Sí! - exclamó alegre y luego ella la bajó -. Gracias, _________... ¡Eres la mejor!

Y la pequeña comenzó a correr por el pasillo mientras que sus bucles rojos saltaban con cada paso que hacía.

- Mar - se volteó y la señora le sonrió -, ¿a dónde se fue Leslie?

- Bueno, ella ha ido a la casa de su padre a imprimir algunas cosas para llevar mañana a la sesión.

- ¿Sesión?

- Ya sabes que mañana empieza, ¿verdad?

- Ehm, no.

- Oh.

El semblante alegre de la mujer cambió a uno serio y sombrío, tanto que ________ sintió sus piernas temblar.

- ¿Sucede algo?

- Vamos a la cocina, tenemos que hablar - ella asintió sin decir nada y apretó su cartera antes de seguirla.

Una vez en el lugar, Marissa sirvió a ambas una taza de té, la cual ella comenzó a beber de a poco, dando pequeños traguitos y apretando el dobladillo de su vestido de vez en cuando.

- Entonces...

- Bueno - la mujer suspiró y tomó de su té -. Cariño, ¿no has notado a Leslie algo distinta estas últimas semanas?

- Bueno, sí. De hecho, por eso venía a verla.

- ¿Sabes? Cuando su padre y yo nos divorciamos, fue una situación difícil para ella y Chloe, pero lo que más le costó a ella fue el hecho de mudarnos a otro lugar. Holme Chapel parecía un lugar tranquilo, y me parecía genial para comenzar una nueva vida con mis pequeñas.

- Es comprensible.

- Lo sé. Durante la primera semana, ella solo se la pasaba encerrada en su habitación, con su computadora y la música a todo volumen. Ignorando por completo todo lo que le decía. Con su padre, sabíamos que sería aún más difícil cuando comenzaran las clases pero... no fue así.