CAPITULO 3

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CAMILA CABELLO


- A dormir un poco esta noche - dije a nadie al poner la alarma junto a la cama por una hora más tarde. Nuestros papeles de alta hospitalaria decían que tenía que despertar a Maddie cada hora la primera noche. Ella había tenido el peor día y para rematar, seria despertada toda la noche. Iba a odiarme.

Mientras la arropaba minutos atrás, me dio su rutina de abrazo y beso de buenas noches y entonces dijo:

- Mami, lamento asustarte. No voy a dejarte sola como papi - Dios santo las cosas que dicen los niños.

- Oh, bebé, lo sé. Papi nos dejó porque estaba enfermo, y era su tiempo de estar con los ángeles. No fue su culpa. Sé que te quedaras justo aquí conmigo. ¿pero quizás podrías dejar de escalar un poco? - dije, esperando cambiarle el humor.

Una sonrisa tiro de la esquina de su boca.

- Bien, mami. ¿En verdad vas a construir una barra de ballet en mi habitación?

Oh, cierto, eso.

- Bueno, definitivamente vamos a intentar. ¿Qué te parece si el domingo tomamos un viaje a la tienda de mejoras para el hogar y conseguimos todo lo que necesitamos? - dije, rezando por intervención divina. Soy tan obsoleta en mejoras del hogar, martillos y clavos vuelan en mi presencia.

Ella movió arriba y abajo su cabeza bastante entusiasmada, y le di un último beso y abrazo antes de apagar la luz. Mis ojos vagaron hacia la esquina donde la barra de ballet iría y, mientras salía de la habitación, me pregunté cómo demonios iba hacer suceder esto para mi pequeña niña.


Ethan, si estas ahí arriba... ¿un poco de ayuda? ¿por favor?


Entrando en mi habitación, caí en mi cama justo a tiempo para tomar mi teléfono celular el cual ahora estaba sonando con "Milkshake" de Kelis. Dios, odiaba esa canción.

Dinah.

Ella tenia una obsesión con los tono de llamada. O quizás solo le gustaba meterse conmigo. Periódicamente robaba mi teléfono y programaba un nuevo tono estándar., sabiendo bien que no tenia ni idea de cómo cambiarlo. Ella esperaría pacientemente, como una leona aguantando a su presa, hasta que la llamara quejándome sobre que mi teléfono sonaba en medio de la tienda de comestibles estridente-mente "sexy and i know it", o "don't cha wish your girlfriend was hot like me?" de las Pussycat Dolls en medio de una obra de preescolar. Dinah lo encontró gracioso. ¿Yo? no tanto. Cuando mi teléfono comenzó a cantar "baby" de Justin Bieber en la oficina del ginecólogo. casi la maté. Mantuvo particularmente ese programado por semanas, lentamente volviéndome loca. En verdad necesitaba aprender cómo usar mi teléfono.

- Hola Dinah, ella está mucho mejor. - respondí.

- Oh, gracias a Dios. Gracias por cuidar de mi preciosa ahijada esta noche, he estado preocupada. - dijo. Siempre interpretaba su rol de madrina, como si fuera la reina o algo.

- Bueno, ahora puedes calmarte. Está durmiendo. Bueno, por la próxima hora al menos.

Dinah siempre ha sido como una hermana para mí y ama a mi hija como una tía. Temo lo que ella y Maddie puedan hacer juntas cuando sea mayor. Puede que tenga que establecer reglas. No conciertos de rock con la tía Dinah.

- ¿Te gusta el nuevo tono de llamada? - se burló.

- Sólo tienes suerte de que respondiera en primer lugar. Después de esta noche, seriamente voy a conducir todo el camino hasta el centro si necesito una sala de emergencia. Ese tuvo que ser el momento más vergonzoso de mi vida.

La doctora Jauregui sabía exactamente de quién estaba hablando al minuto en que entró en esa habitación. Esa sonrisa confiada que destelló breve-mente antes de examinar a Maddie lo dijo.

WHEN YOU'RE READYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora