EPÍLOGO

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DOS AÑOS DESPUÉS...


CAMILA CABELLO


― Oh, Dios... ¿por qué esto tiene que estar pasando ahora? ― me dije mientras las puertas de dos batientes a la sala de emergencias silbaban abriéndose, y me precipité al mostrador.

― ¿Usted necesita ver a un doctor? ― preguntó la asistente. Hmm, ella lucía vagamente familiar. Una sensación de "deja vu" me invadió. Su identificación se leía "Tammy" y recordé la última vez que la había visto en esta sala de espera. La noche que conocí a Laurenn.

― Sí, tengo que ver a una doctora. Una doctora en particular ― solicité, pero antes de que pudiera seguir ella me cortó.

― Señora, usted solamente tendrá que firmar y ellos le asignarán un doctor cuando regrese. Usted no puede solicitar un doctor en la sala de emergencias. No somos un consultorio ― dijo ella, su voz llena de molestia.

No mates a la enfermera, Camila.

Inhala, exhala. ¿No es eso lo que ellos te enseñan a hacer?

― Creo que usted no entendió. Mi nombre es Camila Jauregui. Mi esposa es Lauren Jauregui.

Su rostro rápidamente cambió de molesta a agradable cuando ella dijo:

― Oh, lo siento Sra. Jauregui. Puedo llamarla. ¿Hay algo que le gustaría que le diga?


― Sí, por favor ― dije, sintiendo otra onda de dolor hacerse cargo ―. ¿Puede avisarle que estoy en trabajo de parto?


LAUREN JAUREGUI


Pasé mis manos por mi cabello, tratando de no dejar al agotamiento tomar el relevo.Esto parecía toda una vida, pero recordé lo que se siente pasar mis manos sobre mi cabeza y no sentir nada. Camila dijo que lucía sexy, y tenía que admitir, esta no era una mala apariencia si me quitaras las bolsas negras bajo mis ojos y la piel amarillenta. No sé cómo lo manejaron las otrasmujeres que pasaron por la quimioterapia. Los hombres no estaban tan conectados a su cabello. Pero estoy contenta de tenerlo de vuelta, sintiendo a Camila pasar sus manos a través de él, tirando de él cuando hacíamos el amor.


Ellos siempre decían que pasar por algo que altera la vida como el cáncer te hacía apreciar las pequeñas cosas en la vida, y era verdad. Pero esto también te hacía apreciar las más grandes también, como la familia, los amigos y la capacidad de despertarte en las mañanas. Hubo mañanas en que me despertaba y simplemente me quedaba allí mirándola a ella, tan agradecida de que se quedó. Hubo días difíciles. Infiernos, hubieron meses difíciles, pero trabajamos juntas como una familia.

Finalmente me deshice de mi última capa de hielo, y permití a mi madre formar parte de nuestra familia. No es que tuviera muchas opciones. Después de conocer a la "abuela Clara" en Nueva York, Maddie insistió en que ella la visite, y eso fue todo. Como siempre, Maddie sabía lo que era mejor para nuestra familia.

Cuando Camila dijo sí a mi propuesta de matrimonio en la sala de examen, no perdimos tiempo alguno. Nuestras vacaciones de verano en St. Thomas se convirtieron en una boda improvisada. Volamos con nuestras familias y amigos, alquilando un pequeño resort para la ocasión. Fue íntimo y hermoso, y Maddie pensó que realizamos el acontecimiento completo en honor a su cumpleaños. Después de la boda, decidimos que dos casas eran uno más de lo que necesitábamos, y vendimos su casa. Le dije que no era necesario hacerlo, que yo con mucho gusto vendería la mía. Pero ella fue inflexible, diciendo que necesitábamos un nuevo comienzo con nuevos recuerdos. 

WHEN YOU'RE READYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora