CAMILA CABELLO
Dios, odiaba las tiendas de mejoras para el hogar.
Cuando subí a Maddie a un enorme carrito de compras, miré a mi alrededor con miedo en la inmensa tienda y me pregunté qué diablos estaba haciendo ahí. Con suerte, podría encontrar uno de esos viejos tipos de abuelo que trabajan aquí y me podría ayudar a orientarme. De lo contrario, estaba jodida. Antes de su ataque, mi papá podría ayudarme en este tipo de cosas, pero había perdido tanto el control en sus manos que componer estaba fuera de cuestión en estos días.
Mi hermano, Garrett, estaba bastante bien entrenado en el arte de arreglar las cosas, pero se encontraba actualmente fuera de la ciudad en un viaje prolongado de negocios. Mi hermanito, el ejecutivo. Todavía no sé qué pasó con él. Hace apenas unos años, era un chico de fraternidad irresponsable y ahora trabajaba para una importante empresa farmacéutica, viajando por todo el mundo.
―¡Muy bien Maddie, vamos a ver qué tipo de problemas podremos obtener nosotras mismas hoy! ―exclamé, mirando hacia abajo a su dulce rostro mientras empujaba el carro en la primera serie de pasillos.
En los últimos días se había recuperado por completo. Era como si la conmoción cerebral nunca hubiera sucedido, excepto cuando pronuncié las malas noticias sobre la clase de ballet. Ninguna actividad física durante una semana. Eso no había ido bien. Ella ya estaba contando los días hasta que pudiera regresar a clases a la semana siguiente. Su ausencia no le había impedido vestirse con tutús y leotardos todos los días. Ella es una niña. ¿Quién le dice que no puedes ver películas en un tutú? Ciertamente no yo.
Una cincuentena de pasillos, estaba perdida. ¿Qué tan grande era esta
tienda? Todo el lugar olía como un triturador de madera gigante, por lo que tenía
que tener madera, ¿no?
― Maddie, tenemos que encontrar el pasillo que tiene toda la madera en él. ¿Puedes ayudar a mamá y buscarlo? ―pregunté.
Su cabeza se balanceaba arriba y abajo, con los ojos llenos de alegría. Ella pensó que era un juego. Esta rutina funcionaba en tiendas de abarrotes también. Me ahorró horas de cordura.
En serio, ¿soy estúpida?
Debería haber sido capaz de encontrar este material, ¿y dónde estaban estos útiles empleados que siempre anuncian? Miré a mi alrededor, pero todo lo que veía eran hombres de aspecto intimidante que parecían saber exactamente hacia dónde se dirigían y lo que necesitaban. Yo, en cambio, parecía haber hecho un círculo completo y había llegado al mismo lugar en que estuve hace cinco minutos. Esto era un desastre.
―¡Dra. Jauregui! ―chilló Maddie.
Mi cabeza dio la vuelta para ver a Maddie saludando a la mujer que había"salvado su cabeza". Sus palabras, no las mías.
Ella habló mucho sobre ella desde su visita al hospital. Al parecer, le causó una gran impresión porque la mayoría de las personas la intimidaban. Durante el tiempo que tenía uso de razón, sólo habíamos sido ella y yo. Me rompía el corazón que sus recuerdos de Ethan se estuvieran desvaneciendo. Para ella, él sólo será una fotografía o un cuento antes de dormir. Pero la doctora Jauregui era diferente. De alguna manera, en un período muy corto de tiempo, había sido capaz de romper sus paredes y se sentía segura con ella. Para Maddie, ella la había salvado en esa sala de emergencias. Fue al hospital enferma y miserable y ella la hizo mejorar. Era su nueva heroína.
La Doctora Jauregui, la heroína de mi hija, iba a sacar algo en uno de los estantes más bajos, dándome una buena vista de su perfecto trasero,cuando escuchó el grito de Maddie. Su cabeza se levantó, buscando la voz y finalmente nos encontró. Parecía momentáneamente sorprendida, pero luego le dio a Maddie una sonrisa deslumbrante. Maldita sea, la mujer sonreía todo el tiempo. Estirando su cuerpo delgado hasta la altura máxima, se levantó y se dirigió en nuestra dirección, saludando de vuelta a Maddie que estaba saltando arriba y abajo en el carro.
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WHEN YOU'RE READY
ФанфикAños después de sufrir la trágica muerte de su esposo, Ethan, que la dejo sola para criar a su joven hija, Camila Cabello aun aferra la ultima carta que él le escribió con las palabras "Cuando estés lista" escrita en su familiar escritura desordenad...