CAPITULO 5

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LAUREN JAUREGUI.

  ―Cuando llamaste y me pediste que nos encontráramos, honestamente pensé que te estabas muriendo o algo ―dijo Colin mientras nos acomodábamos en la mesa que había escogido.  

  Era tarde de la noche de un día de semana por lo que el bar estaba en su mayoría vacío. Algunos clientes habituales se turnaban entre mirar las pantallas de televisión y hablar entre ellos. Colin y yo escogimos una mesa de esquina, lejos de todos los demás. Había pasado un tiempo desde que nos habíamos visto y ambos sentíamos que el retiro era necesario.  

  Colin había sido mi mejor amigo desde la escuela y aun así sentía que no conocía al hombre sentado frente a mí. Él seguía luciendo igual. El mismo ancho de espalda construido por años de fútbol y lacrosse. El mismo cabello rubio corto, ojos color avellana y actitud arrogante. Pero todo lo demás se sentía extraño. Nunca me sentí tan incómoda con él. Y era mi culpa.  

  ―Sí, lo sé. Mira, lo siento ―tartamudeé una disculpa. 

Había tantas disculpas que no sabía por dónde empezar. Sentir ser una amiga de mierda. Sentir ser una imbécil. La lista era interminable. 

  ―Lauren lo entiendo. Te jodieron. Te cerraste en ti misma, ¿está bien? Pero amiga, tienes que dejar entrar a alguien.  

  Nunca compartí con Colin lo que en realidad pasó con Melanie. Eso probablemente no era justo para ella, o Gabe. La prensa los hizo ser los culpables, y sí, ella fue la que engañó. Pero fui yo la que la condujo a eso. Simplemente debería haberla dejado ir, tener los papeles de divorcio antes, y haberle dado la oportunidad de irse sin estar en la mira de los fotógrafos. Pero seguí postergándolo, temiendo que si renunciaba a ella, me estaría admitiendo algo a mí misma. Algo que desde hace mucho tiempo había temido que creciera, y que había llegado a temer desde mi noche de bodas cuando miré a mi esposa durmiendo sola en la cama, y me di cuenta de que no la amaba. El miedo consumidor de que no era capaz de amar a otra y que había algo esencial que faltaba en mi ADN o la educación que me impedía sentir el verdadero y profundo amor significativo.

  Conocer a Camila me dio una chispa de esperanza. Agitó emociones en mí que habían estado durante mucho tiempo inactivas. Todavía sentía como si tuviera que correr, dejándola para que esperara por alguien que la mereciera. Pero encontré difícil mantenerme alejada. Cada vez que intentaba, me encontraba con una guerra civil, completamente en conflicto hasta que terminaba enviándole un mensaje de texto sólo para obtener una respuesta tonta, o llamándola por la noche para oír su voz.  

  Cuando Maddie me invitó a cenar, quería tanto decir que sí. Quería ser esa persona. Pero estaba tan asustada de dejarlas entrar. Viendo esa foto de Clare en los brazos de su esposo muerto, sus ojos tan llenos de amor y esperanza, me trituró. No podía imaginar lo que debería haber pasado cuando lo perdió. ¿Qué si las lastimaba?Así que hice la única cosa para lo que era buena, empecé a correr. Y casi funcionó. Hasta que llegué a la puerta. No pude alejarme.  

  Necesitaba consejo, y la única persona en la que confiaba era en el amigo que había estado evitando por tanto tiempo. Gracias a Dios él era mejor amigo que yo.

  ―Estoy tratando, Colin. He conocido a alguien. 

Sus ojos brillaron con sorpresa, y casi escupe su cerveza. 

  ―¿Cómo alguien soltera que estás planeando ver más de una vez? Porque hacer sangrar tu corazón con una aventura de una noche no es lo que buscaba. Aunque, si quieres compartir más detalles sobre ese aspecto, estoy totalmente de acuerdo con eso.  

WHEN YOU'RE READYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora