El primer gimnasio.

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Narra Satoshi.

El estúpido de Gary me siguió hasta ciudad plateada a pesar de la enorme velocidad de mi pidgeot... Debe ser porque no está acostumbrado a volar con alguien arriba, pero este pokemon dobla la velocidad del sonido, pronto lo dejaré atrás, hasta entonces tendré que soportar sus reproches sobre mi vida.

—Gracias amigo. Tómate un descanso. —dije al regresarlo a su pokebola. Fearrow no tardó en aterrizar.

—Noté que llevabas prisa, perdedor. Podrías haberme esperado.

—No recuerdo haberte invitado a viajar conmigo.

—Oh, vamos. Deja esta pelea infantil y agradece de una vez que estoy aquí para cuidar tu trasero.

—Pues yo lo tengo bastante cuidado, ¡y en forma! —Le respondí para burlarme mientras meneaba las carnes, visión que logró asquear a mi compañero el cual caminó decidido en dirección al gimnasio. 

—Apurate tarado. Quiero ver de qué eres capaz.

Su voz se escuchó áspera, como si decirlo le doliera. Quizás en el fondo él tampoco había renunciado. 

Entré al gimnasio donde la oscuridad reinaba. Pronto una luz reveló la locación del líder con su gesto serio y su pelo canoso enmarañado. Canté mi desafío con sorna, sin perder el respeto, pero la reacción del líder no estuvo cargada de la emoción que yo hubiera esperado.

—Jovencitos, falta muy poco para la competencia de la liga pokemon. ¿Están seguros de querer desafiar a este gimnasio ahora? Quizás les convenga intentar el próximo año. 

El padre de Brock parecía no haberme reconocido. Ladeé mi cabeza y me dispuse al desafío.

—Señor, soy Satoshi de pueblo Paleta y vengo por su medalla.

—¿Satoshi? —En ese momento su rostro se iluminó, como si recién cayera en cuenta de quién se trataba— Siempre supe que llegaría este momento.

Los costados del salón comenzaron a temblar mientras un estadio de rocas invadía el suelo del lugar. Gary y yo estábamos familiarizados con el sistema y sólo pegamos un pequeño brinco para subirnos a la arena de combate donde el líder del gimnasio ya nos estaba esperando.

—¿Qué te parece una batalla de tres contra tres? Sé que no me puedo confiar contigo, hasta la apariencia de ese pikachu refleja tu gran experiencia en combates, así que sólo quiero ir con lo mejor de mi arsenal.

—Sólo tres —medité en voz alta—... Por mi está bien.

—Excelente, entonces yo iniciaré con mi Rhyhorn.

Al arrojar su pokebola un enorme cuadrúpedo con su cuerpo cubierto de piedras hizo acto de presencia. Su sola imagen trajo a mi recuerdo una hermosa melena color miel perdiéndose en el aeropuerto.

—Te prometo que yo también seré un mejor hombre para la próxima vez que nos veamos —susurré sin intenciones de ser oído— ¿Qué dices pikachu, te emociona este combate?

Pikachu no me respondió con palabras, sino con una descarga de chispas saliendo de sus mejillas.

—La batalla pokemón entre el líder del gimnasio de piedra y el retador de pueblo Paleta está a punto de comenzar. Ambos utilizarán a 3 pokemons hasta que todo el equipo de alguno de los dos caiga. Sólo el retador puede cambiar su pokemon durante el combate. ¿Listos? —preguntó el referee— ¡Comiencen!

—Rhyhorn utiliza Cornada.

—¡Pikachu, mil voltios!

Mi pokemon esquivó el ataque frontal del cuadrúpedo y luego brilló de un amarillo intenso que derivó en una potente descarga eléctrica sobre el rinoceronte de piedra.

El nuevo intento de AshDonde viven las historias. Descúbrelo ahora