Narra Satoshi.
Pikachu saltaba de un lado a otro evitando los ataques psíquicos del enorme Alakasam, buscando el punto exacto para poder acertar un golpe sólo para encontrarse con la velocidad insuperable de su teletransportación.
La primera vez que llegamos a este gimnasio ordené a Píkachu que llenara el área de electricidad para evitar que su adversario escapara con su técnica especial, pero en aquella oportunidad Kadabra había dominado la electricidad de Píkachu y la utilizó en su contra. No podía permitir que aquello ocurriera de nuevo. Observé impotente como Alakazam esquivaba nuestros ataques hasta que una idea surcó mi mente.
—¡Píkachu, acércate lo más posible a Alakazam!
—¿Qué intentas hacer? —preguntó la líder Sabrina con un gesto de enfado en su rostro.
—Sólo espera y verás. —Le respondí confiado en mi estrategia.
Píkachu utilizó ataque rápido para estar lo más cerca posible, a lo que el Alakazam respondió con un increíble y doloroso movimiento sísmico. Me reí débilmente para liberar tensiones a lo cual la líder reaccionó dirigiéndome una mirada de superioridad, como si confundiera mis intenciones, por lo cual decidí que lo mejor sería explicarle lo que acababa de ocurrir.
—Tal como supuse, fuiste consciente de la debilidad de Alakazam contra ataques cercanos y le enseñaste un movimiento que incluso puede afectar a los pokemons de tipo fantasma. Eres brillante.
—¿Y qué hay con eso? ¿O acaso creíste que con solo acercarte a mi pokemon lograrías llevar la ventaja? ¡En lo absoluto! Además, el movimiento sísmico daña más cuando golpea a un pokemon experimentado, por lo cual tu fuerte píkachu acaba de recibir un gran daño. No entiendo tu risa, Satoshi.
—Es verdad —respondí emocionado—, pero también logré mi objetivo. ¡Píkachu, electriball!
Sabrina menospreció aquel movimiento pensando que su Alakazam podría evitarlo, pero no solo no fue así sino que además de eso el ataque dejó en muy mal estado al pokemon psíquico.
—¿Pero cómo es posible...? O acaso tú...
Las dudas de la muchacha se esclarecieron de inmediato al notar como una corriente eléctrica recorría el cuerpo de Alakazam. La habilidad especial de Píkachu, electricidad estática, había hecho efecto paralizando al pokemon adversario por lo cual su velocidad ya no era suficiente para esquivar los ataques que le enviábamos. Mi gambito dio sus frutos maravillosamente.
Sabrina intentó terminar todo con un golpe Psíquico a su máximo poder, pero el ataque rápido de mi pokemon llegó antes dejando a Alakazam fuera de combate.
Suspiré aliviado. En el fondo yo temía que nuestros esfuerzos no fueran suficientes... No debía dudar, debía creer en mi pokemon.
Frente a su derrota, la honrada líder actuó con entereza y se acercó a saludarnos con su mano extendida y enarbolando la medalla pantano en la otra. No pude más que celebrar esa difícil victoria poseído por una emoción compartida con mi pokemon mientras que la muchacha nos observaba bailotear.
Saludamos con alegría y emprendimos la retirada del lugar pero al recorrer medio camino hacia el centro pokemon de la ciudad, algo nos hizo volver sobre nuestros pasos. Un estallido a la altura del gimnasio alborotó todo en los al rededores haciendo que las parvadas de Pidgeys alzaran el vuelo.
—Vamos Píkachu. —dije a la rata amarilla que se mantenía alerta en mi hombro.
Corrimos hasta el origen de la explosión y al llegar al sitio nos encontramos un escenario debastado, fuego en todas direcciones y a Sabrina en el suelo, sujetando su estómago mientras que una voz familiar nos hacía poner los pelos de punta.
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El nuevo intento de Ash
FanfictionTras despedirse de Serena, Satoshi (Ash) vuelve a competir en la liga de Kanto buscando no solo cumplir su antiguo sueño de ser un maestro pokemon, sino también queriendo comprobar una extraña teoría que responda a todas las duda que se le plantearo...