Bajo Tus Encantos [Springle]

●Noche rosa

Dos buenas amigas se hallaban peinandose el cabello. Ya con sus pijamas rosas y palomitas prosiguieron su noche.

- Estoy muy preocupada por Freddy, no paro de pensar en él. Me pregunto cuando despertará-. Comentaba la rubia.

Mangle se quedo callada unos instantes, devatiendo internamente ai debia o no decirle la verdad.

- No estes así. Él se recuperara mas rapido de lo que crees-. Dijo la chica de ojos ambar.- Solo dale un par de dias y estara viendote otra vez sonreir para él-.

- Tienes razon. Gracias amiga. Lo único que quiero es su bienestar.

Mangle apoyo su espalda sobre la pared sentada en el suelo. El cuarto de Joy era enorme.

- Y... dime ¿Springtrap y tu han avansado algo?-.

- ¡¿Que cosas dices, Joy?! Sabes que no hay nada... aún-. Susurró lo ultimo ocultando su leve sonrojo con una almohada.

Joy pudo escuchar eso. Se levantó y fue hasta la chica.

- ¿Te gusta mucho no es así?-. Preguntó pacificamente.- Mirame a los ojos y di que lo amas-.

- Eh? ¡Noooo! Claro que no... digo, puede ser que sí un poco-. Confesó la albina.

- ¡Lo sabia! ¡Estas enamorada de él! Mangle eso es tan bello-. Chilló la otra mientras imaginaba corazones nadando en el aire.

La chica sintió como su corazón latia acelerado pensando en aquel joven.

Era cierto, sus sentimientos por él llegaban mas allá de las barreras de la amistad.

Pero se percató que debia cambiar de tema o toda su cara se teñiría de carmín.

- Joy, ¿Conoces a Golden Freddy,  verdad?-. Empezó tranquilamente.

- Sí. ¿Porque? ¿Acaso ese te ganó a Springtrap?- preguntó confusa la chica de liston rosado.

- ¡Noooo! Es decir; me referia a que quiero que hagas algo con él-.

En pocos minutos terminó de contarle la idea que tenia en mente. Haciendo que la pianista se estremezca.

- Yo... no creo poder hacerlo, es arriesgado, ademas si Freddy se entera... -. Joy comenzaba a preocuparse. Afirmativamente esto no le gustaba del todo.

- No se enterará jamas. Ademas no harás nada malo, es un juego tómatelo a chiste. Sabes que no hay de otra. Pronto llegará la paz y  tranquilidad al fin-. Comentó con cierto titubeo.

- ¿Segura que todo saldrá bien, Mangle?

La chica asintio sonriente tocandole el hombro, dandole fuerza y ánimo.
Mas tarde se viendo peliculas y a altas horas de la madrugada se disponieron a dormir. Mañana pondrian en marcha lo que acordaron.