Bajo Tus Encantos [Springle]

● Infinitos

[Capítulo dedicado a...
Tí.
Sí, tú mism@ quien sigue esta historia, gracias :) ]

- ¿Cómo saben que él y yo...?-

- Tenemos nuestros secretos-. Respondió la rubia sonriente.

- Aprecio que quieran ayudarme pero nos estamos olvidando de lo mas importante aquí-. Obstruyó ella.

- ¿Así?-. Preguntó dudosa la otra.

- ¡La competencia!-. Como valde de agua fría, el guitarrista recordó aquello- Solo faltan tres dias-.

Los chicos se miraron inquietos entre ellos, el silencio invadía traendo un aura de preocupación.

De repente la líder, cuya cual se habia descuidado de su equipo, al verlos,  comenzó a elaborar una espontanea y útil idea para luego difundirla entre sus compañeros. Indicandoles cada estrategia y maniobra para ejecutarlo de la mejor manera.

Esa misma tarde fueron a buscar accesorios y ropa de anticipo. Entre buscar y rebuscar la hora paso hasta acabar con el sol.

Estando en el centro comercial, compartieron risas y opiniones de su círculo.

Sus sonrisas eran cálidas y reales.

Mangle en aquellos momentos se sentia nuevamente aceptada entre su sociedad. Con ellos dos a su lado, no podia sentirse mas cómoda y satisfecha.

Llenaban una buena parte de su corazón. Y lo hacian latir de alegria.

Se median atuendos extravagantes y ridículos sombreros ingleses.

Soltaban carcajadas al verse.

Corrian por los pasillos del Mall, para, por un momento, hacer rabiar a la guardia que los perseguía de aquí para alla cargando una bolsa delante suya.

En ese momento corriendo, volando  por los casi desiertos pasillos huyendo de la autoridad con sus labios de oreja a oreja, nada los frenaria, eran infinitos.

Hablando muy pronto, la señorona del lugar no tardó en acorralar a uno de ellos y hecharlos del lugar, no sin antes cobrar sus compras y uno que otro vidrio roto.

- Creo que esto es todo-. Dijeron saliendo del resinto.

Quedaron en pasar la noche en casa de la pianista, puesto que era mas amplia que las otras dos.

Y ahí cenaron.
Y ahí ensayaron.
Y ahí jugaron.
Y ahí se quedaron.
Ahí entablaron otra vez su eterna amistad.

(...)

En la escuela, todo era insólito en aquella clase de cálculo avansado. Nadie prestaba atención. La mayoria dormia.

- Pst-.

-...-

- Pst-.

-...-

- Oye Mangle. Despierta.

- Mmm ¿Que quieres Bon?- le respondió con cierta molestia por haberla sacado de su descanso.

Él solo se limito a hacerle una seña para que le siguiese el paso.

Vió al profesor retirarse al sanitario y el chico rapidamente dio señal a sus dos hermanas para abandonar la clase ignorando a los demas estudiantes.

- ¿Que estas haciendo? ¿Que tienes en mente?- preguntó nuevamente la del mechón rosa una vez ya en territorio alejado de la escuela.-

- Uno; detesto con el alma esa clase. Dos; no creas que te salvaste de hablar con tu novio-. Dijo el chico.

- No es mi novio-. Rebatió ella.

- Bueno, ex~novio- corrigió haciendo que su amiga rodara los ojos.

Miro a Joy en busca de ayuda.

- Mangle, solo acompañame un momento. Bon, vigila que nadie venga. No seas depravado-. Ordenó la toy.

La condujo hasta un enorme arbusto a pocos metros de ella. Le dio una bolsa que saco de su mochila y empujandola dentro con delicadeza le ordenó a esta que se ponga lo que habia dentro.

La albina, sin saber porque, terminó de cambiarse y salió de las verdes hojas deslumbrante.

- ¿Y un vestido en que ayudará?-. Pregunto sacando a relucir su aburrimiento.

- Te queda lindo, pero, hay olvide las zapatillas-. Dijo mirando los calzados colegiales oscuros de su amiga.- No importa, estas perfecta para verlo.

- Sigo esperando mi respuesta.

Joy la ignoro y llamó al único chico de su grupo.

Este llegó y le susurró algo al oído. Luego ambos asintieron para si. La tercera temia lo que aquellas dos locas cabezas harian con ella.

- Vamos-. Este sujeto su brazo y la 'arrastro' hasta un lugar que ella ya conocía.

Cambio de expresión al llegar ahí

Era un lago, el mismo al que su amor la llevó.

Pero la razón de sus gestos era el chico rubio que se hallaba de espaldas a doscientos metros de la joven. Haciendo que su palpitar se detenga.