VIII

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Viernes 4 de noviembre de 2016
Diana, bien, aun no entiendo tu afán de hacerme sentir mal, este día debia ser bueno, porque te iba a ver, pero me doy cuenta de que no tiene caso verte, porque en lugar de pasarmela bien contigo, serás distante, y por consecuencia me sentiré peor, no se que tienes por tu cabeza, decias que no querías lastimarme, pero lo estás haciendo y cada vez me duele más.
Ahora que te tengo junto a mi,
Me costaba al principio comenzar a hablarte, porque como siempre, tengo miedo, siempre tengo miedo, Diana, siempre voy a tener miedo y mas si se trata de ti, mi niña.
  Ya después que te pude hablar, no fue mucha la diferencia, porque te tengo a lado de mi, y mi ego, si, mi maldito ego, y por el decidí ignorar que estabas a mi lado, y después te fuiste.
  Te sentí un poco rara, otra vez, después no se, te vi, un poco triste... Diana, si tienes algo, sólo dime, yo estoy aquí, no para estorbarte, estoy para escucharte, para ayudarte.
    Todo esto que pasa, me llenan de dudas, ahora no se si deba darte la carta que te escribí, pero no se si tu... no se si estes mal por algo que pase en tu relación, Diana, ahora todas mis ideas estan nubladas. ¿Dónde ha quedado mi optimismo? Ni si quiera yo lo se, quizá sea muy egoísta, y no esté pensando como te voy a hacer sentir, pero solo pienso en algo, y no se si, es que, mi Diana, eres tan... tu, literalmente Diana eres perfecta, y no mereces que te hagan sentir mal, y yo no quiero hacerlo.
   Gracias niña, al final de esta reunión, no pude darte esa carta personalmente, pero pude pasar tiempo contigo, con mi Dianita, y por fin, volvió por un momento esa Dianita, aquella por la que yo llegué a sentirme desesperado, tímido, frustrado, pero que al final, sin conocerla del todo bien, terminé profundamente enamorado de ella, por favor, esto, se lo pido a mi Dianita, no a la tu distante, por favor Dianita, no te vayas, te había extrañado tanto, y me la pasé tan bien contigo hoy, que si pudiese pedirle algo a Dios, le pediría que esos momentos sean más seguidos y duren hasta que el recuerdo de esa niña, esa niña que tanto mal me hace, pero tengo una dependencia muy fuerte a ella... se vaya con el viento.
   Mi niña... te quiero tanto, no busqué otra forma de llamar tu atención que molestarte al principio, pero, el final de este episodio, fue lo mejor, me rompí el labio con tus lentesitos tratando de besar tu frente, y por fin me pude tomar una foto con la niña que yo considero (y puedo pelear y discutir hasta con gritos con la persona que se oponga a este veredicto) PERFECTA... porque no hay otra palabra para definirla, ella es todo lo que todos soñamos, y yo tengo la fortuna y la bendicion de conocerla... de conocerte, y ten por seguro que siempre te voy a recordar, por todo lo que me hiciste sentir, y por todo lo que me hiciste soñar, y por supuesto también que por todas esas ilusiones que tu me regalaste, y que nadie mas pudo haber llenado ese espacio y haber llegado hasta ese lugar en mi, por eso eres tan especial para mi pequeña, y aun que ahora, estes con alguien más... desde que te conocí y sentí esto por ti, me di cuenta que el amor no se trata de esperar, si no de luchar por lo que tu anhelas, porque si tu dejas ir a esa persona ( en este caso tu eres esa persona) nunca vas a acabar con la incógnita de si esa niña perfecta, en verdad lo fue y si hiciste o no un error. Y yo estoy seguro de que tu, en primera no eres un error porque me hiciste (y lo sigues haciendo) feliz, y porque algo o alguien me dice que no te deje ir, porque te repito, SI POR ALGUIEN VALEN LA PENA TODOS LOS SACRIFICIOS, ESA PERSONA ERES TU, y pase lo que pase, nunca voy a cambiar de opinión, hagas lo que hagas, siempre te seguiré defendiendo de todo, o de quien sea, porque tu... eres... esa niña.

Cartas al vientoWhere stories live. Discover now