XXXI

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Estaba a unas cuantas semanas de entrar de nueva cuenta a la escuela, en donde tenía que enfrentar el rostro de Frank nuevamente, pero ahora con la vergüenza carcomiendo mi interior debido a mi confesión y el rechazo suyo. En realidad sentía mucho nerviosismo de volver, jamás había pasado por una situación similar, tan tensa y confusa, por lo que prefería quedarme en mi propia habitación leyendo cómics, libros y tomando café, sin tener esas innumerables preocupaciones con respecto al amor y a los confusos sentimientos.

Pero, a pesar de todo, Bert había logrado relajarme un poco con todo el asunto, aunque inconscientemente lo hacía, claro está, porque él no sabía de Frank en lo absoluto. Él había distraído mi mente de todo ese absurdo embrollo en el que me había metido debido a aquel animado chico de ojos avellanas y cabellos castaños. Con solo intercambiar palabras con él, lo lograba, y eso mismo era un gran triunfo, teniendo en cuenta de que mi personalidad era bastante cerrada con respecto a las personas nuevas.

Aunque, al pasar los días, Bert comenzaba a coquetearme de manera un tanto descarada cuando hablábamos, me decía que le parecía atractivo, que le hacía sentir cómodo, que le gustaba bastante y que sería el chico más afortunado del mundo si yo fuera su novio, y a esos coqueteos yo trataba de corresponderle de igual manera, ya que yo era nuevo en el asunto y no sabía cómo hacerlo bien.

Pero lo que si sabía era que me gustaba en demasía esa sensación de nerviosismo dentro de mi cuerpo con cada palabra bonita que leía de su parte, y esas ganas infinitas de que la conversación no acábese nunca, me lograba hacer sentir vivo.

It's better off this way; frerard; gerbert.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora