LVIII

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En el momento en que el pequeño automóvil rojo de Patrick aparcó en la acera de mi casa, me acerqué a este y subí al automóvil, saludando al mencionado. Cuando entré y me senté en la parte trasera del mismo, mis propios ojos se toparon con los tuyos avellanas, Frank. Lo primero que pensé es que me vería fatal seguramente, el maquillaje que le robé a mi madre para ocultar las prominentes bolsas debajo de mis ojos ayudaba, pero no hacía milagros y estaba más que seguro que lucía terriblemente mal ante ti, lo cual era lo que menos quería; que me vieras débil.

Patrick creó una pequeña conversación sutil entre los tres cuando sintió el extraño aura tenso que nos rodeaba, logrando tranquilizarme un poco, porque tenía los nervios de punta, ya que había tomado café negro antes de salir. Si no lo hubiera bebido, probablemente caería muerto de sueño en cualquier momento. Tú y yo, evitábamos a toda costa, mirarnos y entablar conversación, sólo nos limitábamos a responderle al rubio de ojos azules que iba manejando con tranquilidad. Y al llegar a la escuela, no cambió nada en lo absoluto, y yo solo estaba buscando algún momento, a solas, para poder hablar contigo, pero con el trabajo sin hacer y la presión que teníamos de entregar el mismo antes de las 3 de la tarde, no pude concentrarme mucho en ello. Así que las horas fueron pasando, entre el trabajo y la tensión entre nosotros dos, que todos podían palpar en el aire.

Al darle fin al trabajo, fuimos a la papelería de la escuela a imprimir algunas imágenes que teníamos que pegar en él. Ahí, había más compañeros nuestros que hacían justamente lo mismo que nosotros. El cansancio que sentía para ese entonces, era brutal y comenzaba a sentirme débil, por lo que me aparté un poco de la multitud y me recargué en un pequeño estante bajo, para darle la espalda a todos los demás, mientras cerraba un poco mis ojos cansados. Estuve así unos cuantos segundos, hasta que sentí unos delicados brazos rodearme, por detrás, la cintura. Me sorprendí y brinqué en mi lugar con ligereza, pero sin apartar esos brazos de mi cintura, observé de reojo hacia mi espalda, en donde vi una conocida cabellera castaña que se recargaba en mi espalda. El aire se esfumó de mis pulmones, un calor reconfortante se extendió por mi pecho y mis mejillas se sonrojaron con suavidad.

"¿Estás bien, Gee? Te ves terrible" Susurró Frank avanzando desde mi espalda hasta llegar a mi oído en donde suspiró ligeramente, por lo que los vellos de mi cuello se erizaron, sin poder evitarlo. Su cercanía me ponía bastante nervioso, pero era un nerviosismo que disfrutaba mucho, desde siempre.

"Gracias por el cumplido" Solté sarcásticamente y después dejé escapar una pequeña risa nerviosa, mientras giraba mi cuerpo dentro de sus brazos para quedar frente a frente con él "No dormí en toda la noche debido a ti, Frankie" Murmure clavando mi mirada esmeralda en la suya propia con determinación. Frank arqueó una de sus cejas con curiosidad y confusión, preguntándome con la mirada sobre ello mismo "En un rato, a solas, te lo explicaré ¿Sí?" Suspiré de manera profunda y agotada, a la vez que alejaba sus brazos de alrededor de mi cintura y entonces, volví con los demás de la papelería que se encontraban ajenos a la situación.

It's better off this way; frerard; gerbert.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora