XLI

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Cuando mi madre se enteró de mi inclinación hacia los hombres, fue cuando Bert y yo nos estábamos besando cerca de mi casa, una tarde. El que se dio cuenta de la presencia de mi madre en esos momentos, fue él, porque mi propia mente estaba perdida en sus besos que ni cuenta me di, hasta que claro, me dijo Bert. Mi madre venía pasando en su carro cuando nosotros estábamos en lo nuestro y se aparcó cerca de ahí, totalmente sorprendida de vernos.

Inmediatamente ambos nos separamos con total rapidez y una expresión de susto total en nuestros rostros "Vete, Bert, yo arreglaré esto" Le dije con total presura, bajando la mirada al suelo, con las mejillas sonrojadas a más no poder y le entregué un peluche en forma de gatito de color gris, que me había regalado en esos instantes.

"Puedo quedarme y acompañarte, para explicarle todo" Murmuró Bert, con cierto aire temeroso impregnado en su voz, colocando una de sus manos sobre mi hombro para reconfortarme. Alcé la mirada hacia él y deslumbré una pizca de preocupación en ellos.

"No, las cosas se pondrán feas si te quedas" Expliqué, desviando mi mirada hacia el carro de mi madre, quien había abierto la puerta dispuesta a bajarse del auto y acercarse a nosotros. Yo conocía el carácter de mi progenitora, por eso mismo, sabía lo que podía pasar si Bert se quedaba a mi lado en esos instantes "Solo vete" Murmuré con total insistencia, empujándolo de mi lado para que se marchara de una vez por todas.

Bert comprendió al instante todo, tomó su mochila fuertemente de la agarradera y con el peluche gris entre sus brazos se marchó de forma rápida, no sin antes mirarme con preocupación durante unos cuantos segundos. Cuando me dejó solo, por fin, a la espera de que mi madre se acercara, alcé la mirada del suelo y noté que mi madre seguía de pie a lado de nuestro automóvil con sus ojos puestos en mi persona, después hizo un gesto con la mano de que me acercara, lo cual hice. Entonces ella se subió y la seguí de inmediato. Nos hundimos en un silencio sepulcral, en lo que ella arrancaba el auto y se dirigía a la casa, para, seguramente, hablar de manera seria conmigo.

La reacción de mi madre fue bastante extraña y muy diferente a lo que me esperaba realmente. Yo pensé que reaccionaría de la peor manera posible, porque bueno, ella era homofóbica, pensé que me gritaría cosas hirientes y que hasta me correría de la casa. Pero, aunque me dijo que la había decepcionado y que no aprobaba esa clase de gustos míos, reaccionó mejor de lo que creí.

En la actualidad, ella está más tranquila con el tema, pero vaya susto que me llevé.

It's better off this way; frerard; gerbert.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora