III

279 45 4
                                    

En el trascurso de los cursos en la preparatoria, ya sin mi mejor amigo junto a mí, comencé a hacer algunas cuantas amistades. Lo extraño y gracioso era que eran mujeres solamente, que me habían hablado o se habían acercado a mí de alguna u otra manera, y yo era el típico chico al que no se le daba muy bien entablar conversaciones con personas del sexo opuesto -la razón de ello la supe después-, así que las trataba un poco cortante al principio, pero por alguna extraña razón, ellas insistían en estar conmigo. Eran chicas bastante agradables y me gustaba, hasta cierto punto, convivir con ellas, así que pronto las acepté en mi rutina escolar.

En ese tiempo, yo no te notaba, Frank. Quizá si había posado mis ojos en tu persona durante unos cuantos e insignificantes segundos, pero fuiste un chico común y corriente a primera vista. No llamaste mi atención por tu físico, y de todas formas, nunca fui de las personas que se deslumbran rápidamente por una belleza física. Eras atractivo, sí, no lo puedo negar, porque siempre me lo pareciste, y es que tenías un rostro bastante angelical, una sonrisa siempre presente que llamaba la atención de todos, y tus ojos avellanas que destellaban inocencia.

Pero, en ese momento en el que te vi por primera vez en la vida, presentándote ante la clase con esa característica y deslumbrante sonrisa, no fuiste nada relevante para mí.

Qué ironía ¿No?

It's better off this way; frerard; gerbert.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora