unhappy -frerard

epílogo

A veces, lo que puede pasar en un simple minuto, o segundo, te saca de tus casillas.

Lo que puedes hacer con un simple Si o No es increíble.

Y las más mínimas decisiones cuentan, siempre lo harán. Cuenta que palabra usas para llamar a tu pareja, o que tipo de helado crees que es tu favorito.

Cuando despiertas, y te das cuenta de que cometiste un error que para ti parece gigante, muchas veces no lo es.

Cuando pareces abrir tus ojos, pero cuando aún sigues en el sueño es un sentimiento tan genial, vivir entre sueños es genial. ¿A quién le importa la vida real mientras puedes ser feliz dentro de tu cabeza?

Puedes ser feliz muriendo, si así lo deseas.

Puedes ser feliz escogiendo chocolate en vez de vainilla, porque, tal vez, tu crees que el chocolate siempre será mejor que la vainilla.

Puedes ser feliz siendo un ignorante, sin saber sobre todos los problemas que la vida te preparará en un futuro.

Pero, ¿el ser feliz acaso no importa más?

Cuando era un joven niño, mi madre me preguntó que quería ser de grande.

Yo le contesté feliz, y por supuesto, ella creyó que era un estúpido desde la temprana edad de 8 años al no entender la pregunta.

Pero creo que ella no entendió mi respuesta.

Y el que no haya soñado en ser un bombero, un pintor, un cantante o un maestro afectó muchísimo mi vida, de una buena y mala manera.

Yo creí que sería feliz con Frank, por ejemplo.

Yo creí que mi felicidad podía estar en la felicidad de otra persona.

Pero no fue así.

Debido a ciertas cosas y decisiones del destino, me encuentro en una cama, con morfina en mis venas y con un Frank durmiendo en un sofá.

Y esas decisiones fueron mías, fueron porque pensé que sería feliz si lograba meter ese cristal a mi sistema podría ser feliz entre un mundo de fantasía y amor.

Pero al parecer, no era así.

Vivo anclado en esta cama, con el vivo pensamiento de que en algún momento la máquina que revisaba mis signos vitales llegaría a un fuerte Pi. Acabando con todo.

Un sonido, eso era todo lo que anhelaba.

Y también qua Frank dejara de llorar en mi cama todas las noches que viene aquí.

Aunque no entiendo algo.

Si no fue él el que me metió un vaso de cristal, ¿porque está llorando mientras sostiene mi mano?

¿Porque me está diciendo que me ama?

— Una persona no aprecia lo que tiene hasta que lo pierde. Eso es algo que yo tampoco entiendo de los humanos, Gee.

¿Tú?

— El mismo.

¿Porque sigues aquí?

— Vengo a darte un mensaje de parte del de arriba.

¿Dios?

— Déjemosolo como el de arriba.

Guardó un indefinido tiempo hasta que abrió su boca.

— ¿Ya tienes tu elección?

No, aún no la tengo.

— Cariño, sabes que no puedes esperar más, hace 6 meses me dijiste que ya la tendrías elegida, debes de apresurarte.