Capítulo 7

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Era lunes y como todo lunes un día muy aburridor. El clima nublado y frio, empeoraba el ánimo de Serena que había tenido pesadillas toda la noche anterior. Se sentía muy inquieta pero no quería verse así, no le gustaba sentirse tan asustada y lo que menos quería era que Darien se diera cuenta, no le gustaba preocuparlo sin necesidad.

Darien estaba más que listo para irse a trabajar. En impecable traje azul zafiro como sus ojos y con una deliciosa fragancia muy masculina; igual a como lo era todo él, se acerco a Serena para darle un beso y finalmente irse a hacer lo que tenía que hacer todos los días y lo que además le encantaba. Se acerco a darle un dulce beso de despedida a su esposa para poder irse a trabajar.

—¿en verdad te tienes que ir tesoro? ¿No podrías quedarte conmigo hoy?

—Serena...dijo sentándose al borde de la cama—no mi amor, no puedo. No te angusties mas por esas pesadillas que solo son eso, pesadillas. Todo está y estará bien. Si algo extraño pasara, Haruka y Michiru ya nos hubieran dicho algo ¿no crees?

—sí, sí, tienes razón. Además el trabajo es primero, lo siento es que aun estoy un poco perturbada por esas pesadillas. Parecían tan reales que....

—lo sé, también me preocupaste anoche amor—dijo acariciando su rostro—me voy, no quiero llegar tarde.

—hasta la noche amor. Te amo Darien, te amo mucho.

—y yo a ti amor—dijo preocupado al ver el rostro decaído de su esposa—mejor arréglate y ve a divertirte con Mina amor, quita esa cara ¿sí?

—está bien, ten un buen día amor. Te llamo a la hora del almuerzo.

Sin saberlo esa sería la última vez en muchos días que le daría un beso a su dulce y atractivo esposo.

Serena se arreglo, tomo su desayuno, tomo su bolsa y salió. Antes de ir a encontrarse con Mina, debía ir a recoger un documento importante. Un documento del cual solo ella tenía conocimiento, nadie más.

Iba manejando muy tranquilamente cuando una hermosa mujer idéntica a ella, se paro frente al auto y dijo con una sonrisa muy perversa que la conocía, pero no solo dijo eso.

—hermanita, hermanita, por fin estas sola ¿Cómo has estado?

—¡¿Qué?!—Dijo muy sorprendida mientras bajaba del auto— ¿Quién eres? ¡¿Por qué me dices hermana?!

—es apenas lógico que no me recuerdes ni sepas quien soy, soy Selena, tu hermana gemela, mucho gusto...princesa.

Selena y Serena eran hermanas gemelas pero al nacer su padre las separo. El tenía miedo de que al haber dos herederas al trono, hubiera discordia en su reino. Además alentado por la partera que dijo que Selena era la hermana malvada, le llevo a un lejano planeta y la encerró en un campo de energía. Selena creció dentro de esa burbuja pero creció muy triste. Le dolía que su padre la hubiera separado de su familia y mientras estuvo ahí encerada por tantos años, su odio contra todos creció. El padre de Serena murió y se llevo el secreto con él a la tumba y por esa razón nadie sabía de la existencia de Selena. Solo una persona sabia de ella.

—¿Qué quieres? ¿Qué haces aquí?

—¿asustada, hermanita?—dijo sonriendo y acerándosele mas—pues deberías, he venido porque voy acabar con tu vida, con tu perfecta y armoniosa vida.

—¡¿Qué es lo que pretendes?! Te lo ruego no les hagas daño.

—a mí solo me importa que sufras tu y solo tu—dijo con una mirada llena de odio y acercándosele mas—por tu culpa yo estuve exiliada durante muchos años, ahora vendrás conmigo.

Lo que fue antes de ser Tokio de CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora