01°:Entrando en el tornado

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Minerva Taylor

Me levanté temprano, y me alisté rápido. Además de estudiar debía preparar todas las mañanas el desayuno de Amanda, ella iba al "trabajo" o con un hombre, aunque creo que es lo mismo.

— ¡Apresúrate cerda! —gritó furiosa, pues insiste que soy lnta para todo y que merezco su trato.

— Aquí está. —Dejé el desayuno frente a ella.

— Esto es asqueroso. —Lanzó el desayuno por los aires, tan fuerte que aún pude observar las vueltas que daba—, Comeré con Mark.

¿Y quién es Mark? Pues su mas reciente presa.
No dije nada y tomé mi mochila para ir al instituto.

— Cerda, te vas conmigo la otra semana. —habló con su típico tono egoísta, como si me diera las palabras que no necesita.

— ¿Qué? —Dije incrédula, ya que normalmente se separa de mí incluso en el supermercado.

— sorda, la otra semana iré de vacaciones.

— ¿A dónde es el viaje?

— España.

— ¿Con qué dinero piensas ir? —siendo realista, sin mí, no tiene nada.

— ¿Me estas cuestionando?

— claro que no. —Bufó para luego terminar de revisar su maquillaje.

— Mark nos llevará.

Todo el tiempo me veía con mala cara. Como si yo mereciera su ira, al principio agradecía que yo fuese la razón de su unión con mi padre, pero cuando él terminó en prisión yo me transformé en su condena.

—¿Te golpeó? –Sally siempre preguntaba eso.

—Hoy no Sally, sé que te gusta mi sufrimiento, pero no. —Reí.

— hey, sabes que esa mujer debería irse al infierno. Es mala, es una bruja.

— Lo sé... —dije algo fastidiada, aunque le preocupe, las preguntas las sé de memoria y a veces es agotador tocar el mismo tema cuando en realidad es lo que más deseo evitar para tratar de olvidar.

— ¿Conseguiste el dinero para la graduación? Yo te lo puedo conseguir si quieres... —Ya perdí la cuenta de cuántas veces he recibido dinero "prestado" de ella, es tan buena.

—  Gracias Sally, pero tomé algo extra de mi salario. —pronuncié luego de guardar mis libros en mi bolso.

— ¿Entonces si te goleó? —preguntó de nuevo.

— No —Solté una carcajada—. Me lanzó agua helada, nada más.

— Que cruel.

Sally es de esas chicas que habla sin parar ¿Lo peor? Eran evaluaciones finales, había estudiado toda la semana para poder demostrar que era digna de graduarme. Sally seguía hablando y aunque me encanta escucharla, ésta no es la ocasión.

— ¿Tienes pareja para la fiesta? —La fiesta que normalmente pagan los padres a final de año.

— Sabes que no iré.

— Es la fiesta de graduación Min, debes ir.

–Debo trabajar ese día.

–Siempre estás trabajando. –Sally rodó los ojos.

–Necesito el dinero.

–Vamos Min, jamás te he visto con un vestido.

–Ni con pareja así que te harás anciana esperando alguna de esas cosas –Reí.

Dame 30 Días  ||En Curso||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora