9°: La odiosa portada

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Día 7

Dante había decidido no ir a una junta importante porque deseaba pasar tiempo conmigo. Aquel gesto me pareció tan tierno y alargador.

- Minerva ¿Has dormido bien?

- Sí, gracias, qué amable de tu parte en... -estoy terminando cuando su voz rápidamente me interrumpe.

- Espero que sí, tenemos mucho que hacer hoy.

- Pero hace una hora dijiste que cancelaste una junta por...

- Dije una, no todas.

Y bien, estaba alcanzando la cima del monte Everest y Dante me ha dado tremenda patada en el trasero para que reaccione.

- Pero, para compensar eso te dejaré elegir la cena de hoy.

Vaya, quiero comer tacos con mucho picante. Gracias ¿O para eso también tienes que hacer una junta para ver qué eso no te afecte económicamente?

- Avaro egoísta -susurro mientras él se aleja.
- ¿Disculpa?
- Agradable vista -digo rápidamente.
Arquea una ceja con una expresión de desagrado.

- el ventanal, es decir, la vista es hermosa... La contaminación le da un toque moderno.

Pronto comienza a reír, mientras me mira divertido.

- estúpida -susurra y me sonríe.

Una vez que me he preparado con la ropa que Jack ha estado trayendo en estos días, tomo mi cabello y pretendo hacer una trenza. Escucho que llaman a la puerta y permito que pasen.

- servicio a la habitación -escucho a la voz femenina-, traigo la porción de éxito que ordenó.

Confundida doy media vuelta y veo a una chica morena, observándome fijamente con una leve sonrisa.

- Mi nombre es Eva, como la primer mujer sobre esta tierra, seré tu estilista y la primera mujer que permita que tus cejas dejen de parecer tierra.

Indignada pretendo alegar, cuando de nuevo habla.

- ni lo intentes, seré el Paolo que cambie ese aspecto. Así que toma asiento y cambiaré esa perspectiva extraña que tienes en la frente.

Sigo sus órdenes y tomo asiento en la silla que coloca frente al espejo de el equipo que trae.

- ¿Dante te envió?
- Soy parte del equipo de presentación de la familia Ivanek. Parte del éxito es la apariencia... -expresa mientras su atención se centra en mis pestañas. Las cuáles... Son espesas y largas, pero similares a la teja de una casa de la época colonial española.
- ¿Qué sabes de Dante? -pregunto creyendo que estoy siendo intrépida.
- niña, he firmado un acuerdo de confidencialidad como tú lo hiciste. Estos labios están sellados.

Eva pone el móvil sobre mis manos y respondo a la llamada de Duvan.

- ¿Y, ya pasaste la siguiente fase?
- creo que te has equivocado, hoy canceló una junta por mí. Además tengo permitido elegir la cena.
Escucho las risas de fondo, las carcajadas mejor dicho.
- Pide merluza, le encanta.
- ¿De verdad?
- ¡Claro! Lo conozco muy bien -expresa amablemente.
- Gracias, que gentil de tu parte.
- luego me agradeces -y antes de que termine la llamada escucho carcajadas burlistas.

La llamada finaliza y mi atención regresa a Eva.

- ¿Habla con Duvan, señorita?
- no creo que a Dante le importe.
- Procure que no se entere, es el único consejo que le doy.

Dame 30 Días  ||En Curso||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora