19° en la boca del lobo

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Día 18
Parte 1

Minerva Taylor

Un vestido tallado ahora marcaba mis costillas, pero Dante ya no se molestaba con ello desde que su personal encargado del vestuario concordó en que era perfecta mi delgadez. Así que luego de tenerme comiendo mucho cada vez que me sentaba en la mesa de algún restaurante, ahora tenía una dieta estricta.

- no deberías consumir tantas calorías -dice Dante mientras bebe de su taza de café, un café amargo, caliente y sin azúcar obviamente, igual a él.

- no me digas qué hacer -contesto divertida mientras le agrego más azúcar a mi té.

- Puede que ahora te desagrade, pero en otra posición estarás rogando que te dé órdenes.

Ofendida por tal argumento, lo miro mal. Él sonríe y luego me ve atento.

- ¿Cómo está la cumpleañera más dulce del mundo?
Varenka entra en el salón y se sienta junto a mí, me abraza y luego besa mi mejilla.
- Solo son dieciocho -digo desanimada.
- Buenos propósitos para el futuro -dice Dante. Me observa risueño, mientras mastica un trozo de su manzana-, escucha, hoy tengo planes para ti, ya que es tu día.
-No puede beber, de igual forma -dice Varenka mientras se sirve una margarita a primera hora, que buen desayuno.
-¿desde cuándo te importa lo que diga la ley? -argumenta Dante.
-Por favor, mírala, si la virginidad fuera una persona, claramente sería esta criatura.

Dice burlista, para luego verme y arrugar la nariz.
-¿nunca has bebido? -me pregunta Dante.
-Algunas bebidas mexicanas, en el cumpleaños de Sally, el año pasado.
-Ah, así que rompiste la ley -dice Varenka con una sonrisa pícara y triunfante-, igual acá, tu querido novio no suele respetar mucho la ley.
-hay muchas cosas que no respeto -dice con una media sonrisa y luego suelta un guiño.

Sentí un cosquilleo de nerviosismo y recordé la angelical cara de Duvan repitiendo que no crea o ceda a todo lo que su terrorífico hermano dice.

-Sí, quizá no respetes muchas cosas, pero... muchas cosas, no me interesan.

Dije triunfante, lo que provocó la desaparición de su sonrisa.
-te van a interesar, de eso me puedo asegurar -dijo serio.
-Bueno, quizá es momento de sus muchas cosas queden para después, pero yo tengo una sesión de fotos muy importante ahora... ¿vas conmigo? -me dice Varenka, intentando salvarme de las garras de Dante.

-Sí, claro, voy contigo -dije dispuesta.
-Te espero en el auto -dijo Varenka, mientras su voz dejaba notar su nerviosismo porque date había soltado algo como un gruñido de enojo.
Salió de la enorme cocina, haciendo que sus tacones chillaran al chocar contra el suelo.
Dante me veía fijamente, con los brazos cruzados.
-¿Qué?
-¿Quieres retarme? -me interroga-, nena, no me conoces.
-y no me interesa conocerte.
Estoy por dar la vuelta e irme, cuando él toma mi brazo evitando que me vaya.
-No puedes, ni podrás huir de mí.
Pronuncia, para luego besar mi mejilla e irse.
¿Por qué actúa así? Es que no lo entiendo.
Resignada tomé un respiro y salí hacia la entrada para subir al auto de Varenka.
-¿Eres virgen? -me pregunta directa, mientras se veía en su espejo de mano.
-eh, sí -le digo confundida.
-Interesante -me dice con su tono burlista.
-¿Qué?
-nada, eres tierna.

El resto del camino se me hizo totalmente incómodo, había sido librada de Dante pero había caído con Varenka y no sé si era peor o mejor.

Llegamos al estudio, pronto tomaron a Varenka y comenzaron a prepararla para su sesión de fotos, yo era como su mascota pero no estaba tan mal, tenía acceso a los aperitivos.

-Deja de comer, Dante va a enojarse -me dice Duvan, mientras retira el cupcake de mis manos.
-tú me dijiste que no obedeciera -respondo confundida.
-Ya sé, a veces me equivoco.

Dame 30 Días  ||En Curso||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora