04°: Firma.

9K 660 46
                                    

Día 2
Minerva Taylor

Ya que explica las cosas desde otra perspectiva quizá podría demostrar mas confianza. Es realmente extraño despertar en un lugar desconocido y ver a un hombre en la cocina preparando el desayuno ya que normalmente al despertar yo era quien preparaba todo.

La libertad ha perdido sentido para mí, se puede comprar señores, o eso he aprendido. Seré "libre" luego de unos cuantos días junto a él.

Me senté en la orilla de la cama, pasé mi mano sobre aquella fina tela que cubría las almohadas en donde había dormido. Observé a mi alrededor, me encontraba en medio de muchos lujos. Nerviosa por como sería iniciar en esto y si tendría el carácter para no terminar discutiendo con ese hombre. Mis dedos jugaban entre sí, caminaba lento hacia la cocina.

- Buenos días. -Al parecer Dante cocinaba.

- Buenos días, Minerva.

-¿Comeremos juntos? -Pregunté nerviosa.

-Claro, toma asiento.

Hice lo que decía.

Se acercó con unas cuantas hojas en mano.

- firma -espetó demandante sin siquiera dudar.

- ¿qué es esto?

- Soy alguien serio, a pesar de las bromas y lo que planeo, hago mis asuntos y actividades que formen parte de mi vida personal en total confidencialidad. Este es un contrato de treinta días, aceptas guardar en secreto todo lo que suceda.

- ¿no crees que exageras?

- Vamos, debes hacer lo que yo diga.

Pronto pude notar su impaciencia, estaba muy claro que su costumbre es dar órdenes y ser obedecido.

- Esto es para ti -Colocó el desayuno frente a mí una vez que archivó los papeles.

- un momento, soy menor de edad.

- Y yo millonario.

Oh, olvidaba esa parte. Ya tiene solucionado todo, es obvio.

- Las tostadas integrales te ayudarán en la digestión -Arqueó una ceja. Debo admitir que estaba muy delicioso, pero no se lo diría.

- Pasable -Contesté a modo de tortura-. ¿Y tú, no piensas comer? -No tenía nada en la mesa, yo era la única que comía en ese momento.

- Eh, sí -Se levantó y tomó su desayuno. Una risa burlona dejé escapar, Dante el millonario serio.

- ¿Cuánto tiempo me tendrás aquí?

- Mañana nos iremos -Sonrió.

- ¿A dónde piensas ir?

- Dubai -Me ahogué con un pedazo de tostada que se fue entero por mi garganta.

- ¿Qué? ¿Quieres venderme? -Pregunté asustada.

- ¡No pienso venderte! -Levantó la voz por lo que me asusté pero no pensaba quedarme callada.

- ¡Ya me compraste! No dudo en que tu capacidad llegaría al extremo de negociarme de nuevo -Contesté irritada y resentida.

- Lo sé y lo lamento ¿Piensas recordarme lo que hice estos 29 días restantes? -Ignoré su pregunta y cambié de tema.

-Disculpa, ¿Cual es la razón de tu viaje a Dubai? -estaba siendo inmadura, y él lo sabía.

- Supervisión. Después de todo soy el heredero, este negocio es más mío que de él.

Negué mientras sonreía.

Dame 30 Días  ||En Curso||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora