CAPÍTULO 9: Rivale

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Ariana llamó a su madre; iba a pasar un par de horas con Anthony en su casa, ensayando para la presentación de duetos y necesitaba pedirle permiso para que ella no se preocupase después al no encontrarla en casa.
Alguien llamó a la puerta mientras Ariana hablaba con su madre, así que Anthony decidió ir a ver de quién se trataba.

—¡Hola, Anthony! Vaya sorpresa encontrarte por aquí. ¿Visitas a tu prima?—Tania le sonreía desde el otro lado del pórtico, coqueta como siempre. "Dios, ésta chica se está volviendo insoportable" pensó, completamente irritado, aquella muchacha le desagradaba, tenía algo que generaba bastante disgusto en él, y ni siquiera la conocía.

—¿Qué necesita, signorina Vólkov?—El joven intentaba mantener un tono cortés y amable con la muchacha, pero le era bastante difícil ocultar su disgusto hacia ella.

—Busco a Ariana Coulter, me dijeron que vive en ésta casa ¿Se encuentra?—Contestó la aludida, sacando un chupete del bolsillo de su corta chaqueta blanca de cuero y llevándoselo a la boca.

—Deme un momento. La traeré en un instante. Guste pasar si lo desea.—Anthony se hizo a un lado, para permitir que la chica entrara y esperara en la sala mientras él llamaba a Ariana.
—Qué gentil, tal y como me gustan.—Susurró ella, pasando el chupete por los labios de Anthony y volviendo a llevárselo a la boca, con una sonrisa burlona y despreocupada.
El joven cerró de un golpazo y fue a buscar a Ariana a la cocina. La encontró acabando de charlar con su madre, mientras dejaba el teléfono sobre la mesa, junto al fregadero. Se acercó a ella, sonriendo.

—Te buscan.—Le susurró en el oído, dándole un pequeño mordisco a su oreja. La muchacha se rió y le alejó el rostro de ella con las manos, sintiendo temblores agradables a lo largo de su cuerpo.—Es la chica nueva.

Ariana se golpeó la frente con la palma de la mano, con fuerza.

—Olvidé que iba a prestarle mis cuadernos para que pusiera al día con los deberes.—Ella tomó la mano del muchacho y comenzó a caminar hacia la sala, con paso rápido y firme. Estaba tratando de recordar que tantos cuadernos debía prestarle, pero le resultó imposible. Debía preguntarle qué tanto necesitaba y eso sería un poco incómodo para ella, estaba segura de que parecería una descuidada olvidadiza.

—Hola, Tania. Olvidé que vendrías, lo lamento ¿Qué tanto necesitas?—Preguntó la chica de forma gentil y educada, con aquella enorme sonrisa característica de su rostro.

—Hola, emm, Ariana... Necesito los deberes que tengamos para la próxima semana, de los de esta me encuentro exonerada, pero me gustaría comenzar con los otros... Si no es mucho pedir claro.—Tania observaba la mano de Ariana entrelazada a la de Anthony con desdén. "¿Así que es esa la razón por la que me ignoras? Bien, veremos quien termina quedándose con ese hermoso premio, niña" se dijo a sí misma, con bastante odio. Ella siempre obtenía lo que quería y Anthony sería suyo a toda costa.

—Claro que no es molestia, es un placer. Voy por ellos a mi habitación, pero no me tardaré. Tony, cariño ¿Podrías hacerle compañía a Tania mientras voy por mis apuntes?—Ariana no era tonta, había notado la forma en que aquella prototipo de supermodelo observaba al joven, y aquellas miradas no le agradaban para nada. Ella sabía que la chica tenía cierto interés en el muchacho.

—No te tardes.—Le susurró en respuesta Anthony, siendo tirado de su camisa por Ariana quien depositó un beso rápido sobre sus labios, antes de desaparecer escaleras arriba.

—No me comentaste nada sobre una... ¿novia? ¿O sólo te diviertes con esa pequeña ingenua?—Tania jugueteaba con el chupete entre sus dedos, observando al joven de pie a la mitad de la sala, quien sólo le devolvía la mirada con seriedad.

Et lux in tenebrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora