Anthony bajó de su coche de un salto, caminando rápido en dirección a il palazzo sull' abbiso. Tenía muchas preguntas en su mente y esperaba que su madre le aclarara todo. Llegó a la enorme puerta de caoba y tomando el aldabón, llamó tres veces. Casi de forma inmediata, un hombre bajo, calvo, de ojos pequeños y negros y rostro huraño abrió la puerta, haciendo una leve reverencia al observar a Anthony de pie en el pórtico.
— Señor Auditore, un placer verlo ¿Qué lo trae por aquí? Casi nunca viene a su verdadero hogar.—Mencionó con tono alegre, haciéndose a un lado para que Anthony pudiese pasar, mientras una sonrisa falsa se extendía en sus finos labios.
— Ahora no, Sabas. ¿Dónde está mi madre?— Anthony ni siquiera regresó su mirada hacia el hombre. Se encontraba quitándose la chaqueta y observando a sus otros familiares, que se movían de forma silenciosa por el salón o subían las escaleras de caracol de la enorme mansión. Lanzó la chaqueta sobre el hombrecillo, quien no dijo nada y se limitó a colgarla en un perchero cerca de la entrada, tras cerrar la enorme puerta tras él.
— Su madre se encuentra en la sala de juntas...— El hombre no continuó ya que Anthony se había alejado sin más con grandes zancadas, de camino al sitio indicado por el sirviente. Como odiaba a ese chiquillo grosero; deseaba irse y hacer su vida en otro lado, pero no podía. Toda su familia había pertenecido a la servidumbre de los Fratem de Mortem, tras no haber podido pagar una suma millonaria prestada por ellos, para la adquisición de un terreno que finalmente no sirvió para cultivar. Los habían esclavizado y si alguno intentaba huir, ellos daban tortura a todos, para recordarles que les pertenecían y jamás dejarían de hacerlo. Tomó aire profundamente, calmó sus emociones y continuó con su trabajo, caminando hacia la cocina para asegurarse de que la cena ya se estuviese preparando.
Todos los familiares de Anthony lo observaban cada vez que pasaba junto a ellos, llenos de sorpresa. No era muy usual que anduviera por aquellos pasillos, de camino a ver a su madre. Era más que obvio que detestaba aquel ambiente desde la muerte de Eros e incluso desde antes y todos los que habitaban la enorme mansión lo sabían. El joven llegó hasta una puerta grande de roble con tallados de mujeres y hombres que danzaban frente a un árbol y la empujó, sin siquiera llamar.
— Pero si eso se incumple Anastasia, tendré que...—Un hombre alto, fornido, de ojos azules, piel pálida y cabello rubio fue interrumpido de golpe por la irrupción de Anthony en la sala. Tenía un rostro mezquino y una mirada fría que empezaba a incomodar al muchacho, quien le sostenía la mirada, con gesto retador. Llevaba un traje de paño negro, con una camisa blanca, una corbata roja y zapatos de charol brillante. De la solapa del saco sobresalía un pañuelo rojo y de su mano colgaba un reloj de bolsillo, con el cual jugueteaba de forma despreocupada.
— ¿Anthony? ¡Qué sorpresa! ¿Qué haces aquí? Oh, no importa. Déjame presentarte al señor Adrik Vólkov, uno de mis más recientes socios. Su familia se ha mudado hace poco y piensa reabrir la fábrica enlatadora. Adrik, permíteme presentarte a mi único hijo, Anthony Auditore— La madre de Anthony le sonreía con rostro lleno de alegría. Le gustaba mucho tenerlo en la mansión, en donde pertenecía.
El hombre extendió una mano hacia el muchacho, quien la estrujó con fuerza y desconfianza. Ese hombre no le agradaba para nada, tenía algo que no encajaba... a parte de ser obviamente el padre de Tania, quien le resultaba insoportable.
— Un placer, joven Auditore.— Contestó el hombre, esbozando una sonrisa ladeada falsa.— Espero que nuestras familias se lleven bien.
— Molto piacere, signore Vólkov. Le aseguro que será de dicha forma— Anthony mantuvo su actitud seria y retadora, incluso cuando el hombre le dio la espalda para hablar con su madre. Observó el reloj que mantenía entre sus manos para luego depositarlo en el bolsillo de su saco.
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Et lux in tenebris
Algemene fictieAnthony odiaba su existencia, un chico común, sin amigos, acomplejado y siempre atormentado por sus propios pensamientos sobre sí mismo. Pero todo cambió tras un crimen accidental que lo llevará a conocer oscuros secretos, secretos que nunca pudo si...