Anthony conducía a toda velocidad por la autopista desolada, saliendo de la ciudad. La dirección que Francesco le había dado quedaba en la ciudad vecina, casi en la periferia de ella. Anthony no sabía quién era "Magda" pero se había hecho una idea. Tal vez, sólo tal vez ella era la madre de Francesco. Ella había desaparecido hace años, y Eros sólo dijo que había muerto; podría ser entonces que aquella mujer siguiese viva, y que su hijo y su esposo la hayan oculto durante años... Tal vez porque estaba enferma, o tal vez simplemente porque no soportaba la vida del asesino.
Miró a Ariana, quién miraba en su teléfono una foto de Francesco y ella, en la casa de los Coulter, durante el fin de año. Él le besaba la mejilla mientras ella sonreía a la cámara, sin los lentes puestos y con el cabello alisado. Llevaba algo de maquillaje mientras el joven estaba en sus mejores galas. Era una foto linda. Ella tomó aire y miró a Anthony.
-¿Crees que él esté bien?-Ella levantó la mirada y lo observó, preocupada. No quería que nada malo le sucediese, era muy importante para ella.
-Estará bien, es Francesco. Él puede con todo-Le contestó Anthony, dudoso. Sabía que Francesco era fuerte, pero no estaba seguro de cuanto.
-Yo lo quiero mucho. Él es... Es muy importante-Suspiró y guardó su teléfono, viendo por la ventanilla del coche.
Anthony tomó su mano y permaneció en silencio, no tenía nada que decir contra eso. Tal vez ella se había encariñado más de lo que debía con su primo... Y eso le molestaba, le daba celos. Quería que sólo fuese para él y para nadie más.
-¿A dónde vamos exactamente?-Ella siguió mirando por la ventana, la noche estaba oscura, no había estrellas... No había nada.
-No lo sé, sólo conduzco donde Francesco nos envió-Anthony encendió la radio para distraerse, no quería pensar en lo que pudo haber pasado con su primo. No podría con ello.
-Espero que Francesco esté bien. No sé, no sé qué haría sin él.-Admitió ella al fin. Se había enamorado de Francesco demasiado. Ya no quería estar con él. Podía ser que Anthony fuese el primer amor, pero como dicen por ahí "siempre hay algo mejor a la vuelta de la esquina" y ella había encontrado a Francesco.
-Lo estará, es fuerte-Le aseguró él, con rostro serio y la mirada fija en la carretera.
Ariana permaneció en silencio, estaba preocupada, sentía en su pecho que las cosas no andaban del todo bien.
-¿Puedo llamarlo?-Miró su teléfono, esperanzada.
-No.
Anastasia observaba el cuerpo de Francesco con tristeza. Había perdido a su mejor hombre por el capricho de su propio hijo. Estaba enojada por la actitud egoísta de Anthony y por la violencia con la que había atacado Donatello a su sobrino.
-Llévenlo con su hermana -Ordenó a algunos jóvenes que la observaban fijamente.- Que ella se encargue.
Los muchachos cargaron el cuerpo inerte de Francesco y lo llevaron donde se encontraba Chiara, que estaba afuera en un coche por órdenes de su tía, por si alguien salia herido. Donatello acompañó a los jóvenes y subió al coche con actitud seria, en el asiento del piloto.
-Lo siento, Chiara-Dijo al escuchar a la muchacha sollozar por ver a su hermano, muerto en los asientos traseros.-Él se lo buscó.
La muchacha sólo lloraba, mientras su primo conducía camino a la casa de Francesco. Ella no paraba de sollozar, tenía un dolor punzante en el corazón que no podía soportar.
-Calmate Kida, me estas desesperando -Dijo Donatello, estacionando el coche en el garaje.
-¿Que me calme? ¡Mi hermano está muerto!-Le gritó en respuesta, llorando más y bajando del coche, para ver mejor el cuerpo de su hermano al sacarlo de ahí.
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Et lux in tenebris
Aktuelle LiteraturAnthony odiaba su existencia, un chico común, sin amigos, acomplejado y siempre atormentado por sus propios pensamientos sobre sí mismo. Pero todo cambió tras un crimen accidental que lo llevará a conocer oscuros secretos, secretos que nunca pudo si...