Et lux in tenebris

CAPÍTULO 7: Il Salvataggio

(Hola a todos. He decidido que quiero comenzar a ponerles título a los capítulos de mi obra, pero ando corta de ideas XD, así que espero ustedes quieran ayudarme. Dejen sus sugerencias en los comentarios de cada capítulo y yo escogeré el que me parezca más adecuado. Sin nada más que decir por ahora los dejo con la historia. Los quiero, besos. Tata Fuera)

Anthony caminaba lentamente, mientras escuchaba música con sus audífonos. No tenía prisa por llegar a casa, quería darse un momento lejos de obligaciones y preocupaciones. Estas últimas semanas se había sentido tan... agobiado con todo los deberes que tenía que en realidad sentía que necesitaba unas cuantas vacaciones merecidas... no era mucho pedir un poco de ellas.

Sacó su teléfono para cambiar a Calvin Harris por algo de Paramore cuando escuchó un grito a la distancia. No venía muy lejos de ahí, provenía de unas cuadras más adelante. El joven comenzó a caminar en dirección al grito, con la fuerte convicción de ayudar a la persona que se encontrara en apuros. Lo que se encontró al girar a la izquierda en un callejón sin salida lo tomó por sorpresa y al mismo tiempo lo dejó horrorizado. Tres tipos se alzaban con cuchillos sobre la pequeña figura de Ariana, quien en posición de pelea lanzaba patadas, puños y chillidos en un intento de defenderse de ellos. 

  — Vamos chiquita, no te lastimaremos. Ven a divertirte con nosotros. — Le dijo uno de piel morena y pelo negro y grasoso, mientras daba un paso hacia ella. Sin dudarlo, Ariana le lanzó un golpe al sujeto, quien lo esquivó con facilidad, soltando una gran carcajada.

La ira empezó a apoderarse del cuerpo de Anthony. "No la lastimarán, no tocarán a mi Ari" gritó una voz llena de furia en su mente, dándole el impulso y la fuerza para su siguiente acción.

  —¡Déjenla!— Gritó Anthony, crispando las manos en puños. Estaba tratando de contenerse; sabía que sería muy fácil acabar con todos, así ellos fueran más.

El tipo que hace poco había hablado se dio la vuelta, para enfrentar al joven en la entrada del callejón.

  —No te metas en cosas que no te importan, marica. ¿Quieres que te matemos acaso?— Le contestó el hombre, apuntándole con su cuchillo. Anthony ni siquiera se vio turbado, su mirada se encontraba fija en la de Ariana, que le pedía ayuda.

— ¡He dicho que la dejen!— Anthony metió la mano en su chaqueta de cuero y de un bolsillo secreto dentro de ella, extrajo su daga. Si tenía que matarlos, lo haría. Ninguno de ellos tocaría un solo cabello de su amiga.

Los otros dos hombres se habían acercado hacia él, con los cuchillos listos para atacarlo en cualquier momento.

— Este es mío, chicos. Le enseñaré a no meter la nariz donde no le importa.— Dijo el hombre, dando un paso adelante y lanzando el primer golpe. Anthony saltó a un lado y devolvió el tajo con su daga, haciendo un corte profundo en el brazo del moreno, que soltó el cuchillo al ver la carne que colgaba sin soporte sobre el hueso. El joven pateó el cuchillo hacia la alcantarilla y estampó un fuerte puñetazo en el abdomen del hombre, justo por debajo de las costillas, dejándolo sin aire. Otro tipo, bajo, de piel amarilla y ojos y cabello gris, fue el siguiente en abalanzarse sobre él, con el cuchillo listo para clavarse en su espalda, pero Anthony lo detuvo agarrándolo por la muñeca justo a tiempo y lanzándolo lejos por encima de su propio cuerpo. El último, un calvo, trigueño y de ojos marrones salió huyendo de ahí, como un cobarde.

Anthony estrelló diversas patadas en cada uno de los delincuentes hasta que ambos perdieron la conciencia y entonces se detuvo, intentando calmar su sed de muerte. Asesinarlos llamaría la atención y cualquiera en ese momento podía descubrirlo, así que no era para nada conveniente. Se acercó al moreno y limpió su daga sobre su asquerosa y desgastada camisilla blanca antes de guardarla en su chaqueta, escupiéndole en la cara.