Capitulo Cuatro

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Cuatro días después, Louis se dio cuenta de que en realidad Harry estaba tratando conscientemente de evitarle, y no tenía ni idea de por qué.

De hecho, Louis no se dio cuenta de ello hasta el desayuno del tercer día tras el accidente de Gowanus, mientras comía unas tortitas en la cocina de su padre y miraba al fajo con los 500 dólares que estaba en la mesa junto al sirope de caramelo.

Dios. Había pasado media semana y seguía teniendo el fajo de billetes. Harry se había evaporado de la faz de la tierra sin dar ninguna explicación.

Louis se sentía como un gilipollas llevando tanto dinero encima pero no quería volver a meterlo en el banco. Sabía que Harry lo necesitaba y todavía no sabía cómo hacérselo llegar. Fue a su casa pero no había luz. Raro. Llamó a los Styles pero ellos también estaban preocupados porque tampoco tenían noticias de su hijo. Harry no estaba en ninguno de los bares y no contestaba en el móvil.

No había nadie más a quien llamar. Louis trató de ser lógico. Tal vez Harry estuviera saliendo con alguien. ¿Y si estuviera exagerando? ¿Estaba siendo celoso o posesivo? Lo último que quería hacer era involucrar a alguien más en sus propios sentimientos ridículos. Floreció el pánico y echó largas raíces en su pecho.

Once horas más tarde, Louis estaba desquiciado, muerto de la preocupación y recreando los escenarios más violentos: Harry estaba enfermo y no podía llamar por teléfono; Harry estaba inconsciente en una cuneta; Harry había huido del país; un marido celoso le había pegado un tiro; Harry se había visto sorprendido por una explosión cuando llevaba una chaqueta prestada y no habían podido identificarle.

Horroroso.

Por una vez Louis comprendió en sus propios huesos cómo se sentían las esposas cuando los bomberos no llamaban para decir dónde estaban. Hacia las diez de esa mañana, Louis comenzó a llamar a otras estaciones de bomberos de Brooklyn. Todo el mundo pensaba haber visto a Styles, pero no-creo-que-no-lo-siento. No desde el partido del pasado lunes. ¿Has probado en su casa?

Louis hizo más llamadas y siguió la pista a cualquier habladuría. Utilizando el nombre y el rango de su padre, hizo una llamada a todas las comisarias y consiguió una pieza del puzle de manos de un operador supervisor. Llamó a Bedford-Stuyvesant y obtuvo una pista de un chico en pruebas de la Escala 111 que no sabía que se suponía que no tenía que hablar acerca de dónde había estado Harry. Por algo el mote de la Escala 111/Camión 214 era "el Manicomio". El barrio en el que estaba era horrible: fuegos en casas donde se vende droga y enormes incendios provocados. Estos hombres se movían todos los días en una locura de nivel de destrucción como el de los videojuegos.

El chico en pruebas le mandó a Louis donde un comandante de Staten Island que acababa de regresar de un fin de semana en el casino de Jersey.

Y también habló con el jefe de un edificio nuevo de oficinas que se estaba construyendo en la zona de los muelles. Miró en Ferdinando's por si Harry hubiera parado a comer allí en algún momento. Por último, Louis llamó a su propio parque de bomberos e hizo que uno de los tenientes comprobara la lista de turnos.

Ding-ding-ding.

Hace dos noches Harry había entrado media hora tarde pero había hecho el turno de otro. Había ayudado a dar a luz a un bebé en el metro y había trabajado en el incendio de una pizzería en King Street antes de salir. Ah, y Tommy recordaba haber visto su coche aparcado un poco más arriba en la misma manzana.

Puto Harry. ¿Por qué no contestaba al teléfono?

Pedacito a pedacito, fue juntando los últimos días de Harry. Según lo que Louis había podido averiguar, su mejor amigo se había pasado media semana en Atlantic City, faltando a todos sus turnos. Habría vuelto tarde y había hecho una guardia larga no prevista, después seis horas de construcción en Columbia Street, y luego apareció en el 111 para participar en un tour para una película de acción espantosa de algún loco gilipollas en lo que debería haber sido su día libre. Y ahora, con aproximadamente tres horas de sueño a sus espaldas, estaba arrastrando su culo de regreso a casa para más inri.

CABEZA CALIENTE|Larry Stylinson|Adaptada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora