Capitulo Once

803 42 16
                                    

Louis estaba trabajando en la puerta del Stone Bone casi una semana más tarde cuando volvió a ver a Tommy, esta vez con aspecto de paciente.

Louis había ido directo al bar desde el hospital, donde había ayudado a Harry a dejar libre la habitación. Harry se había pasado tres días en observación por una conmoción cerebral. Además le habían tenido que dar puntos; se despertó esa primera noche, pero le habían retenido por la hinchazón. Louis le había estado visitando todos los días y llevaba revistas y comida basura, más para él mismo que para Harry. No se le ocurría nada que decir que no sonara a locura, así que se mantenía callado.

Harry parecía apreciar el silencio y la compañía. Hoy le habían dado el alta.

Esta noche, Louis tenía que estar en la puerta del Bone hasta las dos, y después tenía que hacer la colada. Quería pasarse por el súper y pillar algo de comida para la nevera de Harry. Rezó para que fuera una noche de jueves tranquila, de forma que pudiera pirarse prontito y así levantarse a tiempo para.

—Tomlinson, soy yo.— Tommy ya estaba como una cuba cuando apareció en la puerta, y Louis tuvo que mirar dos veces para adivinar quién era. Entonces su estómago le dio un brinco.

Thomas Dobsky Jr. estaba en un estado horroroso. Sus ojos salvajes no se centraban y parecía que había dormido con la ropa que llevaba puesta. Tenía un corte sobre la ceja izquierda, más profunda que un simple rasguño y se había puesto una tirita, como si se hubiera vuelto a abrir en otra pelea. Uno de los botones de la bragueta de sus vaqueros azules estaba abierto. Dios. ¿Habría tenido otra sesión de sexo en un callejón cerca de casa?

Un osezno magullado.

Louis apartó el pensamiento y se inclinó sobre el pequeño paramédico.

—Tommy, no tienes muy buen aspecto.

Tommy se apoyó contra el marco de la puerta con su cuerpo muy cerca de Louis. Su aliento era caliente y apestaba a whisky.

—Tengo que estar en casa en media hora. Mi mujer.— Movió un dedo de borracho y rozó con la rodilla a Louis, sin querer, o tal vez no.

—Deberías hacerlo. Dormir un poquito antes de tu turno.— Louis dio un paso atrás.

—Vete a la mierda.— Tommy le empujó y se metió en el bar mezclándose con la gente. Se dirigió a la barra.

Fantástico.

Las noches de los jueves el Bone solía estar tranquilo. Grupos de chicos trajeados que se tomaban unas cervezas antes de irse a casa, a Cobble Hill y Carroll Gardens. Habían entrado un par de trabajadores de otros sitios: tres polis fuera de servicio y Watson, de su parque. Tommy era la única situación que requería atención, pero Louis no podía abandonar su puesto para encargarse de él. Además, tenía que ir a ver a Harry esa noche.

Durante la hora siguiente Louis trató de vigilar a Tommy, que no había dado muestras de querer irse a casa. El hijo de puta iba dando tumbos de mesa en mesa, dando la chapa a desconocidos y metiéndose en las conversaciones. El camarero estuvo a punto en dos ocasiones de indicarle a Louis que le echara, pero al final no lo hizo.

Sobre las nueve, Louis escudriñó el local buscando al pequeño paramédico y no pudo localizarle. Ay, Dios. Estaba muy inquieto. Seguramente Tommy no era tan idiota como para...

Louis le hizo un gesto al jefe para que ocupara su lugar un momentito.

—Tengo que mear.

Se dirigía al baño cuando divisó a Tommy encajado en la pequeña mesa corrida que había al fondo, acunando una pinta de cerveza oscura y asintiendo a alguien que estaba sentado a su lado. Entonces reconoció la cabeza afeitada y el traje.

CABEZA CALIENTE|Larry Stylinson|Adaptada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora