Capitulo 116

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Me levante sobresaltada, olvidando que tenía a Estefan a mi lado, él estaba despierto.

— ¿Estás bien? —pregunto sentándome.

—Si—susurró sonriendo.

— ¿Te desperté?

—No, hace unos minutos una enfermera entró y me despertó—me pidió que lo ayudase a levantarle—Estaba viéndote dormir.

—Me estabas observando.

—No te voy a mentir—susurró pasando su mano por mi espalda, me voltee a verle y plante mis labios contra los de él, suavemente.

— ¿Quieres ir al baño? —pregunte a la vez que tocaba el suelo frío, él asintió. Esta vez él pudo caminar mejor, casi sin mi ayuda, entramos los dos al mismo tiempo que alguien entraba en la habitación.

— ¿Hija?

—Estamos en el baño, ya salimos—dije con el cepillo en mi boca, Estefan estaba a mi lado riéndose. Al terminar de asearnos, salimos, mi madre estaba en el sofá con unas bolsas entre sus manos.

—Buenos días, Sra Wayne—dijo él con su mano en mi espalda.

—Buenos días, Estefan.

— ¿Cómo estás? —dije tratando de aligerar el ambiente.

—Estoy bien, hija, vine a traerles desayuno y a decir que a Estefan ya le han dado de alta—al oír eso no pude borrar la sonrisa de mi rostro—Eso sí, cualquier dolor, cualquier síntoma que sientas debes notificarle al doctor, aun estas delicado, Estefan.

—Muchas gracias—dijo refiriéndose a mi madre—Por fin podre ver a los chicos—dijo mirándome, yo asentí.

—Los dejo para que se arreglen, tu madre está afuera firmando papeles—dijo yéndose, me acerque a la bolsa encontrándome con sándwiches, no dude en tomar uno y comerlo, tenía hambre.

— ¿Quieres, amor? —él asintió, le dimos unos cuantos mordisco mas y comenzamos a arreglarnos, arregle un poco la cama y tome las cosas de Estefan, salimos de la habitación.

— ¡Por fin, saldré de aquí! —gritó emocionado, llamando la atención de algunos, mi madre estaba con el doctor.

—Ya sabes, Estefan cualquier síntoma solo llámame, también quiero que tomes esto en serio, no puedes tener momentos ni emociones bruscas, estamos hablando de un golpe en tu cabeza—dijo el doctor serio, Estefan solo asentía.

—Prometido—dijo tomando mi mano.

—En un mes te quitamos el yeso...

— ¿Un mes?

—Un mes—se retiró riéndose, nos montamos en el ascensor, estábamos en silencio, Estefan abrazó a mi madre, sorprendiéndonos.

—Gracias por traer a Hal—susurró aun en sus brazos—Y por preocuparse— mi madre no lo rechazó.

—Aunque no me guste su relación—dijo—Tampoco te deseo el mal.

—Y se lo agradezco—se separó de ella y volvió a cogerme la mano.



Imperdible amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora