Capitulo 121

868 44 0
                                    


— ¿Y eso qué? Esos corresponsales o entrenadores no sé como se llaman, no te olvidarían, si eras tan bueno puedes volver a lograrlo—dije dándole comienzo a mi frustración.

—Si, Hal y si fuese el caso, necesito un equipo, necesito un muy buen entrenamiento y no tendría tiempo para ti ni para los chicos, fue algo que pasó y no se dio, ya está olvidado—dijo colocando su brazo sano debajo de su cabeza, se veía relajado.

—Si no hubieses salido hoy del hospital, te juro que te golpearía—admití dándome la vuelta—Si eras bueno siempre lo serás, con un poco de entrenamiento lo lograrías, solo que lo dejaste ir, a parte tendría que estar enojada contigo por no haberme contado esto.

—No pensé que fuese tan importante—dijo—Fue algo que se me escapo de las manos, no pude hacer nada más.

—Bueno—suspire—Igual amaría ver tu trasero en ese uniforme—lo dije imaginándomelo, él rió haciendo que dejara salir mi carcajada.

—Hal, solo... lo pensare, de acuerdo—me voltee a verle—No prometo nada y si sucede algo, tendría que dejar muchas cosas de lado.

Me acerque a la cama y me acosté a su lado, mi mano fue a su brazo.

—Con razón tienes este cuerpo—dije asintiendo.

—No tengo buen cuerpo, Hal—susurró, yo le puse mala cara.

— ¿Le pregunto a todas esas chicas que he tenido que ver mientras que sueñan contigo o le pregunto a Jimena?

— ¿Celosa, amor?

—No—negué—No tengo porque estarlo, a fin de cuentas, estás conmigo.

Él me miró mordiendo sus labios, pensando, me acurruque entre su cuerpo, sintiendo su calor corporal.

— ¿Qué tanto piensas? —pregunte unos minutos después, no había apartado su mirada de mi.

—Todo, la verdad—respondió—Tu, yo, nosotros.

— ¿Y me tengo que preocupar?

—No, no se—lo mire sintiendo mi corazón acelerarse.

— ¿No sabes? ¿Qué quieres decir que no sabes?

—Simplemente no lo sé—dijo frunciendo el ceño.

—Sabes que quiero que seas feliz—dije sentándome—No quiero ser una piedra de tropiezo ¿Lo sabes, verdad?

—Soy feliz, Hal—dijo cansado—A tu lado.

— ¿Qué pasara si llega alguien que te pueda dar lo que yo no? Estando tan lejos, no seremos felices, Estefan—susurre sintiendo el nudo en mi garganta, él se sentó.

—Suena estúpido, Halsey.

—Es la verdad.

—No—alzó la voz.

— ¿Qué pasara cuando no pueda verte más? Tienes que hacer una vida, conocer otras chicas, no sé, casarte—dije sintiendo pánico.

— ¿Qué estas insinuando, Halsey? ¿Qué haga una vida? ¿Sin ti? —preguntó furioso, mis manos estaban temblando.

—No quiero que pases tu vida sin vivirla por mi culpa, yo...—mis ojos comenzaron a picar—Así sea con otra persona.

—No voy a discutir esto contigo.

—Tenemos que hablarlo—chille.

— ¿No ves que no quiero hacerlo?

—Entonces vendré cuando si quieras—dije levantándome de la cama

— ¿En serio, Hal?

—Si no hablaremos sobre esto, entonces no quiero hacerlo yo tampoco—dije saliendo y cerrando la puerta, me apoye contra ella, al mismo tiempo que mi madre pasaba a mi lado.

— ¿Vas a dormir?

—Sí.



Imperdible amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora