Hoy mi alarma me despertó asustada, en lo que parecía una noche había pasado casi dos semanas y otra vez era viernes.
No podía creerlo pero en esa noche algo estado diferente.
Había soñado con mi apartamento en Harlem con él... Con Ryan... Más que un sueño, era una pesadilla, vi en la mesa del centro muchas fotos mías en poses sexuales mostrándole todo a él, tan abierta, tan dispuesta que parecía como si estuviera sumida en el deseo por él, tanto que estaría lista para que cualquiera podría creer en la veracidad de esas fotos, la verdad es que me estaba afectando un poco la lectura de E. L James.
Y de pronto sin más apareció mi hermana y vio aquello pensando que todo lo había hecho con mucho placer para ese tipo, creyendo en una historia que en su cabeza sonaba a traición.
Pero gracias al cielo era solo un sueño o una pesadilla, aunque por la decoración del departamento esas paredes blancas con gris y esos detalles rojos en el comedor, la cocina con ese toque tan industrial con todos los electrodomésticos en gris grafito, toda esa decoración encajaba a la perfección con mi departamento en Harlem.
Pero como sea este fue solo un sueño y lo bueno es que ya estaba de vuelta en la realidad.
Era viernes y despertar ahí era absolutamente extraño, era un espacio tan familiar y a la misma vez desconocido, pero en parte era porque desde que me fui con mi padre yo había cambiado mucho y todo se lo debía a mi padre.
La niña que se fue de ahí solo quedaba en fotos y en recuerdos, y un poco en una realidad que solo veían mi tía y mi abuelo; porque dentro de esas paredes tenía una realidad, pero lo cierto es que mi reflejo era distinto, aunque en mi interior aún quedaban vestigios de esa niña.
En ese instante en que mi pasado volvía recordé aquella carta de esa chica loca y pensé en Carrick.
No había tenido tiempo para revisar mi correo personal en el trabajo, porque todo el tiempo estaba con Marco en el ordenador, pero estos días habían pasado volando y no tenía noticias de él.
Eran las seis menos diez y me dispuse a encender mi laptop, cuando sonó mi teléfono descolgué porque mi abuelo podía oír y no sería muy cómodo explicarle.
— ¿Hola? ¿Lukas? – dije sin más porque la llamada provenía de un numero privado y además pensé que se relacionaría con el correo de hace unas semanas, porque desde entonces no tenía noticias de él, al menos no en mi teléfono.
—No-contesto una voz grave, masculina, sexy e irresistible que no podía ser nadie más que Marco, su nombre me ira difícil de olvidar por Marco Mengoni.
— ¿Marco?- sentí un ardor familiar en mis mejillas pero luego recordé que debía recuperar el control- Has visto la hora?- intente sonar más casual
—Sí y perdón,... ¿no te he levantado cierto?- su voz tan irresistible y seductora provocaba un ardor no solo en mis mejillas sino también en mi entrepierna.
—Dios porque sobre esto no puedo tener control-pensé a la vez que mentalmente intentaba relajarme
— No, me levante hace muy poco de hecho estaba revisando mi correo y ¿tú...? — en el instante que lo dije supe que sonó demasiado comprometedor así que cambie todo —... ¿Y tú porque llamabas ahora?—Bueno pensé que querías saber si aún estaba en mi cama, pero para no dejarte con la curiosidad,... no, estoy por el Triangule Park. — del otro lado se oía su tono relajado y unas risillas
—Mmm no era necesario que me dijeras, y además no respondes a mi pregunta del porqué de tu llamada. —dije en un tono que me parecía apenas audible
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El laberinto de Eleanore (CORRIGIENDO) SIN TERMINAR
Roman d'amourEleanore, es una chica de 20 años que recién termino su carrera, ella sabe que debe guardar el secreto de su padre... No tanto porque sea un secreto sino porque su identidad podría generar cambios en su vida, y ella no está dispuesta a recibir mejo...