Un café para la espera.

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El día comenzó con unos rayos entrando por mi ventana, no de golpe pero lo suficiente como para regresar a la realidad.

Una realidad que me decía que este sería un gran domingo... Eso era raro porque yo no amaba los domingos porque eso era como ya estar en lunes...

Pero estar en Miami y regresar hasta el martes era bastante aceptable, lo que era mejor tendría tiempo para quizás aprender mas de la vida de Marco. Es que no se como explicarlo, pero ese trance en el que quedo cuando veníamos conduciendo, me hace pensar que hay muchas mas cosas de Marco de las que aparenta, y como si yo no supiera de eso: Apariencias.

Después de pasar por ese mini trance, me levante de golpe de la cama, busque entre las bolsas que aun estaban intactas tal cual salieron de las tiendas, me incline por la comodidad asi que tome las bailarinas tricolor y... 

Ya estaba decidida a ir con ropa de verano, pero seguro moriría en cuanto pusiera un pie fuera de la casa, así que aunque me ahogara del calor al llegar a Miami me iría con algo mas abrigador; y entonces como una señal del cielo, o del inframundo viniendo de él, sonó la alerta de correo entrante

de: Clark Hawkins

Para :Eleanore Carter

c.c: Marco Di Matteo

buenos días señores.

les comunico que hemos tenido ligeros cambios en cuanto al transporte, lleguen en un solo auto, este sera movilizado desde el aeropuerto de Long Island a la pista de aterrizaje en Miami, y su vuelo esta cancelado.

p.d: Irán en jet privado; no pierdan la oportunidad de cazar estos clientes, se que sera una gran experiencia laboral

¿como? Jet privado, quien era el cliente un jeque de Dubai, Dios esto era demasiado, es decir, debía hablar con Marco, y debía decirle a mi abuelo, porque el y mi tia D. tenían la ilusión de irme a dejar al aeropuerto, como si fuera una adolescente novata en tomar aviones, cuando tenia desde los 7 abordándolos, y desde los 13 viajando sola a veces en privados y otras en aerolineas normales. En parte por el trabajo de mi padre, y en parte por la custodia compartida, aun cuando mi padre y mi madre llegaron al acuerdo que yo terminara la primaria en Nevada y luego volviera a Long Island para la preparatoria.

Pero primero llamaría a Marco por si acaso el no había oído la notificación de su correo. Marqué su numero y espere hasta el segundo toque para que el levantara con una voz perezosa típica de quien acaba de despertarse por culpa de su aparato infernal.

—Hola Marco ¿has visto tu correo.?—mi voz denotaba una alegria inmensurable, algo que bueno no era común y menos por tomar un jet privado, algo que modestia aparte era bastante familiar para mi, pero era por mas que eso.

—¿hola? ...—su voz sonaba como si lo acabara de levantar de un susto y ni siquiera pudiera decir su nombre si se lo preguntara en este instante.

—espere,... lo siento creo que me he equivocado al marcar.— estaba apunto de despegar el teléfono de mi oreja para ver que rayos numero había marcado por error, para poder maldecir a mis adentros y entonces...

—¡Eleanore?—claro que no me había equivocado a no ser que el extraño con el que hablara fuera un psíquico o algo así.—Disculpa, lo que ocurre es que...—su boca parecía adormecida, así que le robe sus palabras o las que yo creía que serian sus palabras

—te has quedado dormido, si lo se bueno... no lo se pero lo imagino, no debes darme explicaciones, mas bien deja que te cuenta que nos iremos en un jet privado y que tendrás que pasarme llevando,...—bueno se que sonaba autoritario, pero era eso o irnos en el auto de mi abuelo.—bueno eso es mas una orden de Clark porque eso decía el correo.

El laberinto de Eleanore (CORRIGIENDO) SIN TERMINARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora