Pensamientos en el aire

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Estaba realmente cansada, el día de hoy había tenido muchos altibajos, me sentía con la cabeza hecha un nudo, con el corazón latiendo a mil por hora, y de verdad hoy era uno de esos días en los que tenía ganas de ser como todos, solo poner mi cabeza en la almohada y abandonarme a los brazos de Morfeo.

Me estaba sintiendo envidiosa de mi yo del pasado, cuando estaba tranquila descansando en el asiento de copiloto en el auto de Chax.

Por extraño que pareciera antes de regresar a esta habitación, estaba acostada en la misma cama que Marco, pero estábamos en una actitud muy distinta a mi sueño, muy distinta a lo que hubiera imaginado por lo incomodo que estábamos ambos con los hechos ocurridos previos a nuestra charla sincera acerca de nosotros.

Ahora él se veía mucho más sereno, de hecho su expresión era desconocida para mí, no sé qué estaba sintiendo, pero yo estaba sintiendo algo muy parecido al amor.

Sentía la necesidad de hablar con alguien y sabía que la única persona disponible en 24/7 era...

Y ahí estaba ahora sentada en la terraza, conversando con la mejor chica, con la única que había sido amiga, que me había hecho recapacitar en mi decisión de suicidio, la única que no me veía como alguien duro, inalterable, displicente.

— ¿de verdad crees que después de hoy tu relación con el seguirá estando del mismo modo? – sus pequeños ojos curiosos estaban abiertos como platos esperando ansiosa mi respuesta.

—No, bueno más bien, no lo sé... - ese lapso de silencio incomodo era porque no estaba segura de continuar a pesar de que esta persona me conocía – supongo que habrán cambios, supongo que siempre los hay si consideras que esa persona empieza a ganar muchas piezas para armar este maldito rompecabezas

—pero ¿nadie nunca podría juntar todas las piezas? – mientras me lo decía sentí un golpe de verdad, un frio golpe, uno que hacía sentir más vacío mi pecho como si en este no hubiera un corazón.

— sí, eso lo sé – estaba muy segura de haber ido con todas las personas con pies de plomo, nunca había dejado que nadie me conociera, no del todo al menos – aunque él tiene ahora muchos datos nuevos, muchas piezas para descifrarme aun le hacían falta sucesos que conocer de mi.

—y eso ¿crees que es bueno? Porque piensa que a lo mejor, él es al que hemos esperado, sé que suena a cuentos de fantasía, pero él puede ser nuestro caballero de radiante y oscura armadura.

—a lo mejor eso es verdad, pero no quiero poner mi esperanza en nadie, ya hicimos eso y paso algo fatal.

De verdad eso fue un episodio fatal en mi vida, nunca iba a olvidar la mirada esquiva que traía desde que abrí la puerta, esa mirada que provoco que mi sonrisa se desvaneciera, su actitud displicente que ni siquiera dejo acercarme a él, sus brazos que me reprochaban,

Esa noche, es una que nunca olvidare ni en otra vida. Esos pensamientos siempre estarían colgados en mí, habían lugares, situaciones, charlas que siempre acaban llevando a ese lugar, a mi departamento en Harlem, con las luces bajas con lo que creí sería una noche romántica, yo y mi novio, seguro habrían besos, algunas caricias, y quizás más que eso.

Y lo que paso al final fue totalmente distinto, acabe envuelta en llanto, con mucho coraje, había dejado en ruinas mi departamento, habían muchos cristales rotos, había tomado cerveza y eso nunca lo había hecho, acabe sintiéndome culpable.

Y ahora me sentía igual, mucho más luego que Marco había dejado ver en su interior y él tenía muchas sombras que le estaban devorando por dentro y yo solo me había dedicado a complicarle más todo.

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⏰ Última actualización: Dec 23, 2018 ⏰

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El laberinto de Eleanore (CORRIGIENDO) SIN TERMINARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora