Coincidir.

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Siempre dicen que uno nunca sabe lo que te depara el dia,... y debe ser cierto ese dia comenzo particularmente bien, la noticia del viaje en privado, las noticias de Carrick, el desayuno que me habia sentado de maravilla, pero... 

No se porque siempre debe haber un pero, y el mio tenia nombre y apellido, o mas bien nombres...

"Jared Evens"

Llegamos a Miami, sin mayores contratiempos nos tomo 27 minutos en llegar al aeropuerto con el trafico habitual, 2 horas con 50 minutos de vuelo, sin esperas locas de aeropuerto, ni revisión de maletas, el auto de Marco quedo allá en el aparcadero de la pista , y nos anunciaron el cambio de plan, ya no llevarían el auto hasta allá por la distancia, al llegar a Miami nos darían un auto.

En cuanto al hospedaje, dejaríamos maletas en Holiday Inn Express Fort Lauderdale Airport South, todo esto era una locura, tendríamos un par de minutos para dejar maletas y bajar al lobby a encontrarnos con los inversionistas, esto era una locura, y aquí la primera sorpresa.

—buenos días, bienvenidos al hotel  Holiday Inn Express Fort Lauderdale Airport South.

—buenos días srita. Senn

—¿En que puedo ayudarles?

—tenemos una reservación,...  pero no nos aclararon a que nombre estaría...

—¿podrían brindarme sus identificaciones.?

—Si, deme un momento... Marco tu identificacion. - le dije extendiendo mi mano hacia el que iba distraído con su celular

Metió la mano en su bolsillo derecho y saco su cartera.—Hey Elle, toma.—arrojo su cartera como si fuera el right fielder de grandes ligas, para mi suerte no pase la vergüenza de no atraparla.

—Aquí tiene señorita.—le entregué primero la de Marco en lo que me encontraba la mia en mi bolsa.

—Esta bien señorita con esta basta. —¿como? ¿porque?

—aquí tiene su llave,... dos copias por cualquier percance...—sonrió tanto que podría mostrarme todos sus dientes, pero tenia una mirada cómplice y su rostro se poso en algo mas que no era solo yo, y era claro que...

—tu llave, Marco.

Y en ese momento no escatime en el error, fue hasta que estábamos en el elevador que el botones nos pregunto el numero de piso, y entre en cuenta que la señorita Senn no me había dicho y el chico pregunto.

—¿que numero de habitación?

—142—dijimos Marco y yo casi al unisono; nos volteamos a ver y Marco detuvo en seco el elevador.

—¿pasa algo?—dijo el chico

—realmente si, nos han dado una habitación, sabes si es doble o es matrimonial...—me estaba comenzando a hervir la sangre

—No estoy seguro pero me parece que es matrimonial.

—esta bien. sabes llévanos a la habitación, ya resolveremos esto.

—¿que? no...—Marco sonó incrédulo a mis palabras pero el no sabia a que me refería con solucionar—bajaremos ahora a arreglar esto, es inconcebible.

El laberinto de Eleanore (CORRIGIENDO) SIN TERMINARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora