¿Y entonces quien es...?

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No podía creer que fuera inútil mi esfuerzo por explicarle a Marco, cual era mi relación con Chax, o sea lo que en mi mente sonaba d lo mas normal, el quizás no podría entenderlo.

Bueno lo cierto es que como le explicas a alguien que tu guardaespaldas o el chófer, o el empleado de tu padre, o no se que puesto darle porque hacia un poco de todo y mas... y realmente mas muchas veces como esa vez en que le bese, nunca supe que fuerza sobrenatural actuó en mi, el entro en esa estancia para despedirse y tampoco supe porque, claro que con el tiempo intente averiguarlo pero como siempre el nunca cedió.

Es fue un momento que marco nuestra historia, por alguna razón nunca volvió a pasar pero, ahora que lo pienso es defendible porque si mi padre lo hubiera sabido se volvería una fiera, eso nunca se lo habría perdonado.

A veces teníamos miradas cómplices, y podíamos salir al cine, ir por un helado, cenar fuera de casa sin poner ninguna excusa o mentira, porque el era mi guardaespaldas y debía seguirme como una sombra, y para mi padre fue mas fácil porque me llevaba bien con el y no era como cargar con un señor adulto como su chófer que era el esposo de la sra. T; la verdad es que aun cuando habíamos dormido en la misma cama nunca se intento propasar, nunca me toco mas allá de un cálido abrazo para calmar mis pesadillas, y obvio solo pasaba cuando mi padre no estaba; y debíamos esperar a que la sra. T se durmiera porque sus cuartos colindaban en la casa de los empleados que estaba en el jardín de atrás, por lo cual Chax tenia que correr por todo el jardín y llegar hasta mi cuarto sin ser visto incluso por las cámaras pero eso era sencillo si yo las controlaba, desde el ordenador de mi cuarto porque Barney jamas se movía en parte porque esas eran las ordenes de el sr. Carter y porque estaba bajo llave por dentro y la única copia estaba con mi padre.

Y aun con toda la tecnología para cuando empezó a pasar esto ya llevaba mas de 2 años con mi padre, iba a su empresa, me movía con todos los empleados por todas las oficinas, principalmente la de seguridad, mi padre siempre me decía lo realmente importante que era saber todos los trabajos y aunque cuando empece a llegar tenia 6, fue hasta que cumplí 8 que me mude en directo con el, según yo para jamas volver a Long Island.

En ese instante me sentía devastada, porque todo lo que conocía era Long Island, mi tía Dylan, el abuelo James. Fue raro ser el nuevo en otra escuela, era como iniciar de nuevo, como formatear un disco y dejarlo limpio para almacenar otra series de datos, y la verdad no me gustaba sentirme asi, todos me quedaban viendo raro como si llevara algo en la frente o como si fuera vestida de payaso.

Y si tenia la esperanza de que todo mejorara pues no fue así, sino todo lo contrario...

las niñas de mi nuevo colegio eran malvadas, parecían unas pirañas del amazonas, destrozando todo lo que caía en su territorio, y claro, yo no fui la excepción.

Aun no había contratado a Chax mi padre, la primera vez que hubo un acto del colegio, y claro en el vestuario todas estaban con sus madres, y yo estaba en el pórtico esperando al señor Carter, obvio que no estaba dentro en el gallinero, porque... ¿que haría allí? esperar que Emily Dickinson y sus pirañas me vieran con desdén...

pues NO, no y mil veces no

Desde que me mude de ciudad todo fue difícil, lo único normal,... y mas o menos era estar en mi casa, bueno en la casa de mi padre.

Todo era diferente, principalmente mi padre tuvo unos primeros meses muy malos, en los que cayo en el alcohol como un refugio para  olvidar sus penas o mas bien... a mamá.

Nunca supe realmente porque se separaron, siempre parecimos una familia normal, con sus problemas, pero eran los mínimos, esos con los seguramente toda familia se encuentra en el día a día, pero que un día sin mas, llevo a mi padre a entrar a nuestro cuarto y decirnos que se marchaba.

—pequeñas...—el rostro de mi padre se veía abatido como luego de una gran jornada de trabajo o de un jet lag espantoso de un viaje sorpresa al otro lado del mundo—tengo algo que deciros, no quiero que estén mal, ni que nada de esas cosas por el contrario quiero que sena fuertes... mas que yo, mucho mas que yo—lo que venia no podía ser bueno, porque nada bueno sale de la frase "no quiero que estén mal", cada vez que un adulto usa esa frase puedes estar segura que te hará sentir mal. 

O sea; "no estés mal,... pero ya no te quiero, he encontrado a alguien mas y ya llevo un par de meses saliendo con ella" fue lo que me dijo Jared, el día que me abandono.

"no estés mal, pero decidí hacer el trabajo con otra persona"

"no estés mal, pero dañe el vestido que me prestaste la otra vez"

"no estés mal, pero creo que debo irme no puedo seguir con esto que siento"

No estés mal, era una frase que me tenia de coña, estaba realmente harta de oír esas palabras. y esa vez con mi padre no fue la excepción, el nos explico que él y mi mamá no pasaban por su mejor momento y que era mejor darse un tiempo, que debían estar lejos para pensar. pero sus ojos estaban llenos de lagrimas retenidas, que se privaban de salir para no herirnos, supongo.

y fue entonces que mi hermana Leah, se levanto con lagrimas que apenas querían salir o que bien como papá estaba reteniendo y cuando mi padre le extendió los brazos, ella se acerco como leon al acecho, lento con pasos medidos y le golpeó repetidas veces el pecho.

—¿porque lo haces? ahora seremos el hazmerreir del colegio, la burla de todos principalmente de los Sanders, ahora como haré para salir a la calle sin sentirme incompleta, sois unos egoístas.—realmente Leah estaba molesta, ella siempre era tan controlada, la verdad es que en nuestra casa yo era la bocazas, pero ese día mi boca estaba en shock con el resto de mi cuerpo.

Lentamente como Leah, me acerque a mi padre, pero justo cuando estaba a punto de tirarme a sus brazos el abrió sus labios—Lo siento Elle, realmente hubiese querido ser mas valiente—fue casi en un susurro, pero yo pude oírlo con total claridad.

—No, padre has sido valiente, has soltado el amor a pesar de estar mal ahora tu, a pesar de saber que eso nos rompería, pero quizás, solo quizás estemos mejor.—mi padre abrió sus brazos y tomo mi pequeña mano para llevarme a sus brazos.

—No puedo creer como dices eso, como es que sabes de esto... tu madre y yo siempre estamos con ustedes, por un instaste pensé que estarías como Leah, esperaba algo así de ella.

—lo, sé yo siempre he sido bocazas y la verdad es que eso puedes esperarlo de mi, cierto... pero en este caso no yo los quiero y si algo esta roto es en vano intentar arreglarlo.

Mi padre realmente parecía sorprendido, por mi actitud, sin embargo no era que yo fuera listisima o mas madura eran mis escapadas a la casa de mis abuelos.

Ese día fue todo muy raro parecía que estábamos en la guerra, en dos bandos y no era nada apreciable y fue por eso que tome una decisión que sin saberlo inocentemente en ese momento cambiaría el resto de mi vida para siempre, algo que sin duda afectaría todo tal cual lo conocía.

esa noche entre en el estudio de mi padre—quería hablar contigo padre acerca de la noticia de separarte de mamá.—por un instante mi padre levanto sus ojos para posarlos en mi.

—¿dime querida?—no sabia como iba a reaccionar pero estaba decidido aun si mi madre se oponía era mi vida y mi historia.

—imagino que te iras de la casa, y...—por un instante senti la duda atravesarme como una espada—...quiero ir contigo aun si eso significa ir hasta Nevada.

Mi padre se sorprendió y se levanto de su asiento para estrecharme en brazos, y decirme que el estaba alegre de saber que yo estaría con el siempre, pero ese siempre tiene su limite como todo.

El laberinto de Eleanore (CORRIGIENDO) SIN TERMINARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora