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Capítulo 13: El pasado de Hizashi. Parte I

En el capítulo anterior

-Mira Uzumaki, no me interesas ¿de acuerdo? Pero si prometes ser un buen chico y no ir corriendo con la policía a contarles sobre esto... te dejaré ir

-No dejaré a Hinata ¿Qué quiere de ella? ¿Por qué le hace esto? ¡Es su sobrina!

-Lo que quiera o haga a mi bella sobrina no es de tu incumbencia, mocoso

-Tío... ¿por qué?

-Eres una inútil sobrina mía, siempre lo has sido. Tú eres la culpable de que yo no pueda vivir tranquilo

-¡Deja en paz a Hinata! Ella no tiene la culpa de nada

–Sabes niño, me caes bien... solo por eso les contaré una historia, la historia de cómo mi odioso hermano y tú querida amiga Hinata me arruinaron la vida

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"Ha" "Ja" "Ya" Esos eran los gritos comunes en la Academia Hyuga de Artes Marciales, un lugar fundado hace muchos años, actualmente se encuentra bajo el liderato del Viejo Hyuga, padre de Hiashi y Hizashi Hyuga, hermanos gemelos siendo el primer nombrado, mayor por 3 minutos

-Apúrate hermano, ya sabes cómo se pone padre cuando llegamos tarde –exclamó el menor hacia el despreocupado Hiashi

-Ya voy, sabes que no me gusta mucho esto

-Y te lo agradezco Hiashi. Un día padre verá que soy más capaz que tú y me dejará a mí la Academia... ese es mi sueño

No había nada que pudiera romper el hermoso vínculo entre esos dos, eran hermanos y se amaban como lo que son; se ayudaban en los entrenamientos, se contaban todos sus secretos... eran los mejores amigos. Hiashi, siendo el mayor, no estaba a gusto entrenando, lo hacía como una obligación y como la tradición que envolvía el Clan Hyuga de ser la familia especializada en las artes marciales, en cambio a Hizashi le apasionaba las artes marciales, el añoraba ser el heredero de la Academia, sabía que nació para esto.

Ambos contaban con 25 años y Hizashi estaba buscando a su alma gemela desde hace unos meses; ya que pronto, o sea hoy se anunciaría al heredero de la Academia y él quería tener a su futura esposa cuando lo nombraran heredero... de pronto sucedió, fue en la parte más alejada de la academia cuando vio lo que para él era la mujer más bella que jamás había pisado el planeta, la mujer más hermosa de Konohagakure, de Aldeas Ninja, de Japón, de Asia, de la Tierra, del Sistema Solar ¿ya quedó claro el punto, no? Se veía tan hermosa dar esas terribles patadas a aquél tronco, alguien necesitaba ayudarla

-No es, así –la joven mostró un ligero susto ante esa repentina voz- Disculpa no quise asustarte

-No, para nada, no me asustaste –su mirada era intimidante, una mujer que no necesitaba de nadie- ¿qué haces aquí?

-Nada, solo he venido a despejar mi mente

-¿Día duro, eh? –Y ella soltó la más bella risa que él había escuchado- Todos pasamos por uno – ninguno de los dos habló pero no había rastro de algún incómodo silencio- Mi sensei dijo que tenía que practicar mis patadas

-Sí –y ella lo miró incrédula- Digo... si quieres te puedo enseñar –la joven hizo un ademán con las manos, él hizo su demostración- El truco es no bajar tanto –la joven no quiso saber nada más de sus entrenamientos, se limitó a sentarse en aquél pasto- ¿Pasa algo?

-Parece que eres de los buenos, ¿no?

-Solo... practico mucho. Sabes –le iba a compartir sus sueños a la chica, el de ser heredero de la Academia- quiero llegar a ser...