-¿Cuándo podemos ir a tu gobierno, Akamatsu?.-preguntó la Lujuria tras girar su vista de nuevo al comunicador.
-Cuando te venga mejor, asique, ahora.-contestó y colgó rápidamente.
Volvieron a deshacer el comunicador para que nadie lo utilizara sin permiso alguno, y empezaron la caminata hacia el gobierno de la Avaricia sin mencionar nada de lo que se había dicho en la llamada, aunque todos tenían ese gusanillo por saber que fue realmente lo que pasó.
-¿Qué le pasó al padre?.-y Jyushimatsu fue el primero en romper el silencio.
-Gracias por ser el primero en preguntarlo.-agradeció el brujo.
La monja miró por un momento a otro lado mientras todos seguían caminando, hasta que por fin decidió hablar.
-Se suicidó.-respondió con frialdad e indiferencia, para que los demás no supieran que fue él el más afectado tanque tuvo que llevar su pobre alma.
-¿Tanto quería ayudar?.-preguntó el dios.
La hermana solo asintió y se pararon.
-¡Ya hemos llegado!.-gritó Osomatsu mostrando aquel nuevo territorio.-Ahora tenemos que ir al templo de la Avaricia.
Y de nuevo comenzaron la caminata, aunque esta fue más rápida y menos costosa ya que esta gobierno era de los más pequeños junto al de la Gula.
-¡Akamatsu!.-gritó Osomatsu nada más entrar en el templo.
El mencionado apareció, bajando unas numerosas escaleras que seguramente llevaban al trono.
-Por fin apareciste.-fue lo primero que dijo Akamatsu cara a cara.
-¡Plan!.-gritó el angelito.
-Estoy de acuerdo contigo, pero ¿en serio creéis que podréis derrotarle? ¿Un demonio, una monja, un brujo, un ángel y un dios? ¿Habéis perdido la cabeza?
-Tú y yo sabemos que perdimos la cabeza hace mucho tiempo.-respondió la Lujuria.-pero necesitamos derrotarle para que todo siga como esta, o acaso, ¿no quieres volver con la envidia?
Y la Avaricia se sonrojó por unos pocos segundos.
-Yo tengo esto.-dijo Ichimatsu levantandose la falda para mostrar una pistola.
-Tenéis una pistola ¡genial! ¿Y ahora cómo? ¿Apareceis y le disparais?.-preguntó Akamatsu cruzandose de brazos.
-Puedo utilizar un poco de mi magia para contrarrestar algo de el poder que ha ido consiguiendo poco a poco, a lo mejor así podremos disparar sin problemas.-dijo Todomatsu mirando su bolsa.
-Yo también quiero ayudar.-se escuchó una voz diferente, pero que todos conocían.
-¿Karamatsu?.-preguntó la hermana girando para verlo.
Quería correr hacia él y atraparlo en sus brazos, pero él había cambiado, ahora tenía alas y unos cuernos azulados, una cola también, pero de su personalidad no se sabía nada, después de todo, tras morir nadie es igual.
-Sí, perdón por causar tantas molestias allí arriba, pero no podía quedarme de brazos cruzados sabiendo que el mundo se derrumbaba bajo nuestros pies.-corrección, su personalidad seguía siendo la misma.
-¡Pero no tenía porque suicidarse!.-gritó el angelito agitando los brazos de arriba a abajo con mucha velocidad.
El resto no decía nada, Choromatsu estaba pensando en que hacer junto a Osomatsu y Todomatsu, mientras que Ichimatsu se estaba controlando para no acercarse al antiguo padre, pegarle una bofetada en la cara y después besarle en ese labios que tanto había deseado desde hace tiempo.
-Ahora tenemos a alguien más en el equipo.-dijo el brujo.
-Sigue sin ser suficiente.
-Pero quieres unirte tú también.-respondió la Lujuria sonriendo con una sonrisa pícara y llena de un "tengo razón".
-... Eso es obvio.-respondió la Avaricia.
Ahora ya tenían un equipo, ahora solo faltaba el plan, y para ese plan que no tardaron en construir, Osomatsu era el cebo.
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-Y... Falló.-dijo el brujo sentado con las piernas cruzadas mientras estaba dentro de una celda.La explicación rápida sería que Tougou no fue lo suficientemente tonto para creerse que Osomatsu se entregaría, sus esbirros vieron al resto del grupo y todos fueron encerrados en la celda.
-¿No tienes superfueza o algo?.-preguntó el dios.
-Pensé que me conocías, querido Choromatsu~ claro que no tengo.
La hermana se acercó a la puerta viendo a otro demonio pasar con un matojo de llaves en el bolsillo.
-Todomatsu, ¿no podrías cambiarle las llaves por algo que no necesites?.-preguntó Ichimatsu girandose al brujo.
Este respondió con un "puedo intentarlo", cogió una piedra del suelo y con un conjuro ya tenía las llaves en su poder.
Abrieron la celda y todos salieron, aunque Akamatsu se fue por otro lado, debía encontrar a su amada Totoko antes de que su poder fuera absorbido también.
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El Caos Religioso
FanfictionAl igual que hay un Dios, al igual que hay un Satan, un diablo puede cambiarle la vida un Dios y un demonio puede cambiarle la vida a un ángel.