MYSTERY (♯StilesStilinski)

E l e v e n

—Vale, toma —dijo Stiles pasándole un pulsómetro a Scott.

—¿No es un pulsómetro del equipo de atletismo? —pregunté divertida.

—Sí —dijo mirándome sonriendo.—prestado.

—Robado —contradecimos Scott y yo a la vez.

—Choca. —sonreí mientras alzaba la mano para que realizara la acción.

—Adoptado temporalmente —dijo dandonos una mala cara.— el entrenador lo usa cuando corre para controlarse el corazón en su móvil, y tú. —señaló a Scott.— lo tendrás siempre.

Me senté al lado de Stiles, cerca.

—¿Ese no es su móvil? —preguntó Scott haciendo que me fije.

—Lo he robado. —asintió Sti provocándome una sonora carcajada.

—¿Por qué? —preguntó otra vez el hombre lobo mientras yo calmaba mi risa y apoyaba la cabeza en el hombro de Stiles.

—Tu corazón se acelera cuando te conviertes en lobo. —aclaró y noté como se ponía un poco nervioso pero seguía hablando.—cuando juegas, cuando estás con Allison...

—Siempre que te enfadas —acoté.

—Exacto, el aprendizaje puede estar en aprender a controlar tu ritmo cardiaco.

—Que listo. —alagué a Sti mientras me sonreía.— Scott serás como el increíble Hulk.

—Soy el increíble Hulk. —sonrió.

—¿Quieres callarte y ponértelo?—
suspiró irritado.

Le dí un beso en la mejilla a Stiles y me levanté.

Este acomodó cinta adhesiva en las muñecas de Scott. Y se paró con el palo de Lacrosse enfrente de él.

—¿Listo?

—No. —me reí.

—Recuerda, no te enfades —grité sonriendo.

Stiles agarró fuertemente el palo cogiendo la pelota y tiró igual de fuerte hacia Scott, y por sorpresa dándole.

—Wow —grité.— ¡yo también quiero!

—¿De verdad? —preguntó sonriendo.— ven.

Se colocó detrás mío sujetando mis manos encima del palo.

Creo que me va a dar un infarto.

Sentí mis mejillas arder.

—Ahora lanzala —susurró en mi oído poniendome nerviosa. La lancé acertando de pleno en el pecho de Scott.

—¡Eres buena! —dijo agarrando el palo riéndose y preparándose para lanzar él otra vez.

—Agh tío —gritó Scott sin poder decir nada más ya que atinó a darle otra vez Stiles

—Concéntrate en tu ritmo cardiaco, tienes que estar tranquilo—agarró otra pelota mientras yo decía eso y se la tiró.

—¿Puedo otra vez? —pregunté.

—Claro. —sonrió abiertamente mientras me pasaba el palo y tiraba hacia Scott acertando otra vez.

—Creo que me voy a apuntar al equipo. —le sonreí a Stiles mientras se lo devolvía y seguía tirando.

—¡Hijo de puta! —gruñó Scott.

—¿Sabes?, creo que mi puntería está mejorando —dijo provocando otra vez mi risa.