Feels Like Loneliness

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Ella seguía enamorada... Enamorada de aquel campesino de cabello rojizo que corría con un montón de pinturas en la mano.

Esa tarde siempre quedara en su memoria...

Encapuchada, Lila salió del enorme castillo a recorrer el pueblo. Estaba ansiosa de conocer su nuevo hogar, de encontrar amigos... De servirle al pueblo y ser una de las mejores gobernantes que este tuviese.

Su madre, la reina de Italia Dianora Rossy, recién había contraído matrimonio con el rey de Francia, André Bourgeois para sobre guardar la paz entre estos países y poder derrotar a la gran Inglaterra de la guerra que había tomado lugar unos meses atrás donde, lamentablemente, su padre había fallecido defendiendo a su nación.

Lila no tomaba mucha atención a lo que estaba ocurriendo, era su manera de superar y afrontar la muerte de su padre y para no deprimirse de todo lo que le estaba sucediendo.

Caminaba por las calles del pueblo, el olor a pan recién horneado inundo su olfato al pasar enfrente de la mejor panadería del pueblo (o eso había escuchado) Tenía unas ganas intensas de entrar y comprar todo el pan que hubiese, pero tenía que contenerse. No quería que la reconocieran...aun.

Caminaba maravillada al ver a todos contentos, se saludaban y se hacían la plática a media calle, algo que se había perdido hace mucho en Italia por culpa de la guerra. No había manera de perderse, el castillo se veía lo suficientemente desde cualquier parte del pueblo.

Su estómago empezó a gruñir, tenía que comprar algo de comer o no podría llegar a casa corriendo para evitar que su madre la regañase.

Paso cerca de un pequeño establecimiento donde vendían pinturas. Entro al establecimiento a admirarlas. Eran hermosas, de paisajes o personas, con muchos colores pastel, otras oscuras. Unas llenas de amor entre sus personajes y otras hablaban de las guerras que se habían perpetrado.

No veía donde caminaba lo que la hizo chocar contra algo, mejor dicho, alguien.

-Lo sento, yio no te vi – dijo ella, le costaba todavía hablar francés.

-No te preocupes, un error lo comete cualquiera. - dijo el pelirrojo recogiendo sus pinturas.

Lila se hinco a ayudarlo y, pronto, sus frentes chocaron y ella se topó con unos bellísimos ojos miel que la dejaron hipnotizada. Se perdió en esa mirada y, todo rastro de sabiduría se borró de su cabeza.

-¿No eres de por aquí cierto? – pregunto el chico sonriéndole y ayudándole a levantarse.

Ella negó con la cabeza.

-Lo supuse, tu acento me recuerda al de mi tío. Él es de Italia, pero, se vino a refugiar aquí por la guerra...-dijo este y le sonrió tiernamente. - ¡Mierda! Lamento mucho ese comentario, debiste sentirte ofendida, lo siento. – se disculpó este y le hizo reverencia.

Lila soltó una carcajada tierna, no de burla, le parecía adorable aquel chico. Encantador, ojos preciosos, sentido del humor... Ella de pronto se enamoró.

-Me llamo Nathaniel... ¿y tú bella dama? – le dijo este besándole la mano.

-Lila... - sus mejillas se encendieron al sentir el tacto de sus labios en su mano.

- Un placer Lila... El día que gustes puedo enseñarte el pueblo. Vivo a la vuelta de la panadería Dupain, búscame y te enseñare el pueblo con gusto. -dijo este y le sonrió y se fue de aquel establecimiento dejando a Lila hecha una piedra.

Su interior empezó a moverse, empezó a sentir que su estomago se hacía chiquito, sus manos le temblaban y no dejaba de sonreír. Se tapó el rostro. Ese era un sentimiento que nunca había experimentado.

Salió del establecimiento corriendo hacia el castillo donde su hermanastra ya la esperaba sentada cruzada de brazos en su habitación.

- ¿Dónde has estado? - le pregunto la rubia enojada - ¡Casi me mata tu madre por no saber dónde estabas! Tuve que decirle que estabas durmiendo.

-Gracias Chloe, prometo recompensarte. – le dijo y luego le beso las mejillas.

Chloe se ruborizo un poco por su comportamiento. Sacudió la cabeza, seguro no era nada. Se levantó y se fue a su habitación, aun tenía que practicar el piano.

Ya era de mañana, Lila salió presurosa del castillo antes de que su madre empezara a aturdirlas de tantos deberes que tenía para ese día.

Le costó un poco encontrar la panadería y recordar lo que aquel pelirrojo le había dicho.

Después de varios minutos dando vueltas por casi todo el pueblo la encontró, la panadería Duapin... Suspiro, estaba nerviosa de volverlo a ver.

Antes de dar la vuelta y cruzar la calle para tocar la puerta marrón de la casa del pelirrojo, este tomo aire, se relajó. Peino un poco su flequillo y sacudió su capa naranja para que esta se viese impecable.

Cerro los ojos y dio la vuelta, su corazón se rompió en 2 cuando lo vio...

Sus manos aferradas en su cintura, las de ella en su cuello. Los pies de ella ligeramente en punta para poderlo alcanzar, la abrazo más fuerte. Los labios de ambos se rosaban, se besaban...se amaban.

Lila, con lágrimas en los ojos, se quedó admirando la escena hasta que ellos se separaron. Para su fortuna, ninguno de los enamorados se percató de su presencia.

La azabache miro al pelirrojo con felicidad, acaricio su mejilla mientras este la juntaba más a su mano. Ninguno de los dos pudo escuchar el tronido del corazón de la morena que los observaba con lágrimas en los ojos...

-Te Amo Nathaniel...- le dijo la azabache y lo miro con ternura.

-Yo te amo aún más Marinette... - el pelirrojo le contesto abrazándola de la cintura.

"Marinette, desde ahora te has ganado mi odio, ¿Cómo te atreves a arrebatarme lo que por derecho es mío? El algún día será mío...solo es cuestión de tiempo..." se dijo la morena a sus adentros para luego salir de ahí con una frente muy en alto.

Ese carácter tierno, compasivo, soñador...blando se volvió duro, agresivo, fuerte... irrompible.

Todo aquello que odiaba en su madre lo acepto como suyo. Así fue como se hizo de la reputación que tenía hoy en día...

Las princesas, tomadas de la mano, bajaron las escaleras hasta llegar donde unos caballeros les dieron la mano para así dar paso al baile.

Cuando ambas estaban al centro de la pista la banda empezó a sonar, una mujer de cabello castaño y vestido blanco tomo el micrófono y cantó...

La melodía era suave, los pies de las princesas se movían con facilidad, Chloe se sentía libre. Cerraba los ojos cada que este le daba vueltas, se sentía alegre...

Muchas parejas se les unieron, muchos enamorados se abrazaban con la tonada...

-Pero...que bella estas hoy...

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Hola!!! :'3
Lamento muchísimo la tardanza pero aquí les traigo la octava parte de este Fanfic :'3
Gracias por los comentarios y por votar por mi historia, me llena de muchísima felicidad!!! ❤❤❤
Saben que estrellitas y comentarios son bien recibidos :3
Los quiero :'3 ❤❤

Monster (Fanfic) (Marichat) (Ladybug) [HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora